Por montes y collados
por valles y corales
no volvió a escucharse
su clamor correr en llantos
cual tormentas de voces astrales
sólo el viento danzaba solitario
al lomo de los atónitos roquedales
solo tu voz dudaba en las filosas crestas
y pronunciaba mi nombre aciago
fracturado en esquirlas de fusas eternas