jueves, 31 de diciembre de 2020

Creación de la nada




Como un gran borbotón de corazón fresco

sin sujeto estable, ni objeto determinable;

así nacía un concepto, del núcleo

tremulante de la nada,

de un vacío gigantesco 

en que flotaba Caosmos

en cuerpos-lenguaje de Madre-Hada,

dispuestos para cualquier movimiento

desde el fondo en lengua y coros

de tierna medula consagrada.


Era una nueva flor cerebral

la que alisaba sus pétalos 

para presentar sus ideas al día.

Era la creación que saludaba al nuevo sol:

creación de fragmentos atómico-lingüísticos

editándose en páginas de órganos.

Y ante la huella sacra de su inspiración,

el mundo del revés se ponía,

un jolgorio profundo inundaba la inocente piel

y la conciencia entera de la historia sonreía.


Soplo sapiente, memoria eterna

Soplo transindividual y transtemporal

sobrevolaba historia de historias

concepto envolvente de evanescente rúa

o una función sobrevolante de funciones

o una bizarra sensación abarcando 

sensaciones de aires extranjeros:

Gran bloque funcional o sensorial,

superficie de eventos en creación continua

sobrevolando la superficie del averna,


un Solitón como onda de ondas

pero no único sino en gran multitud,

multitud de multitudes gravitantes,

mutante, transiente, piel de amantes

que acomoda sus fichas estratégicas 

en paisajes de ajedrezada luz

en partidas de jugadas cósmicas 

que ponían en vilo del universo algunas sendas. 


Igual que ocurría a todo lo creado, 

lo pensado tenía duración finita.

Cual si fuera fruto fantástico

que sólo el tiempo volvía visible,

o que sólo existía en físico 

durante un cierto lapso incontable,

algún segmento medible

del universal pasado.


Un tiempo finito en sobrevuelo ansioso,

a velocidad infinita,

entre llegar de la nada limbar

como luciente creación gratuita

y regresar en las sombras al nirvana

como la disolución y el bruno ocaso, 

que en sacrificio la Diosa clama

para acallar la furia-llama del Azar.


Era el Universo pura consistencia

de un desastre persistente

insoluble problema de inmanencia

planteado en innúmeras galaxias 

de espasmódica simultaneidad concertante

especie de ecuación en vivo sin Resolvente,

escrita en fuegos de ardientes flujos parias

que alteran toda tradición dimensional


Primero se prodigaban las caricias

y luego vendría la lucha de los vientos

unos contra otros en torno a la esfera

luego el abrazo y la aparición en escena

en alguna incógnita coordenada

Muy cerca los corazones

producirían la divina chispa

que en la mañana anunciaría las albricias.


 

José Guillermo Molina Vélez

Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes

Diciembre 31 de 2020


sábado, 26 de diciembre de 2020

Viaje frívolo: medida del futuro



El viaje arrancaba de cualquier parte. No tenía que ser un puerto marino. Aunque hubiera sido ideal para el buscado efecto pirata. Podía ser perfectamente de este monte de grillos empecinados en su silbo eternal. Para lo perenne del zumbido, tenía que ser infinito en todo momento el número de grillos. Era un zumbido salvaje de 4 cuadras de monte solitario, posiblemente con varias potencias de alef 0


en sumas de grillos. El cuerpo, con la ensoñación perenne de esos cuartetos, flotaba autista y desprendido como en imagen astral. Lo difícil era salir de aquí, sobre todo si el movimiento era casi todo verbal-mental. El Leitmotiv era remontar las grandes cumbres de la poesía y constituía por sí un gran impulso (Elan) indetenible .

La evidencia no tenía que ser geográfica, referida al espacio-tiempo; podía ser lingüística-histórica, sobre ejes símbolo-tiempo, afecto-creación humana. Era mejor no poder salir de este sitio talismán. ¿Para qué atravesar tantos otros indeseables en los que este eterno canto de silencio nunca se volvería a percibir? Habría que conquistar, luego de esa gran llanura apocalíptica, otros altos rodeados de árboles ateridos de diminutos zumbidos vegetales y animales. Conquistar nuevos balcones de gran divisa sobre cordilleras, playas o inaccesibles islas y entregarse a la gran fuga entre lo cósmico, onírico y geográfico. 

Y si nocturnas visiones con fimbrias de luciérnagas incorporadas, en un solo coro de luces y cristales que sostenían eterno éxtasis, mucho mejor en la nocturna fiesta. En definitiva, el viaje era puramente físico por privilegiadas calles de universo, y estaría surcado de infiernos de residuos mundanos y paraísos de éxtasis musical. Pues no era el soñar de una sola mente, sino la volcánica actividad de una galaxia espiritual que palpitaba en sincronías de armonía pura y se regía por principios de inmanencia y autosuficiencia atea e impersonal, pero de puro corazón amante de la viva melodía, "qui tollis peccata mundi" ("que quitas los pecados del mundo") en los meandros de la música divina.

Muy de evocar eran esos altos de mi querida vereda La Lana en San Pedro de los Milagros. Allí, entre las llamas multicolores entre el verde y el violeta, el amarillo y el rojo bordeados de azules espirituosos en medio de la noche negra regida sólo por la vía láctea, se oía nítido tan sólo el crujir de la leña en la fogata que danzaba con sus trenzas multicolores en la noche de oscuro silencio alucinado.

En esa peregrinación por las diversas Estaciones teníamos el recuento de todos los planos tangentes de nuestra esfera cerebral. Cada plano era una caída, una plancha, una lección del Exterior, una ecuación de escultura que se pensaba entre los átomos de todo ese fondo marino apisado de estrellas y tectónicas luciérnagas solitarias. Cada plano era una región de inmanencia absoluta, una región de pérdida de jefe, una prensa simple de los Hornos primordiales... 

Hay pasos en los que no alcanza el pensar a explicarle al corazón... y cunde el abismo, aliento corto, asmático, espasmo en estado puro... pero el eco vacío tranquiliza y devuelve la alegría básica que llena de fuego el ánimo. Y otros laberintos, donde el corazón se le esconde a la razón, con tal de persistir en su emoción, por absurda e irracional. ¡Cómo ama el corazón su absurdo, sobre todo si se refiere a algún amor, incluso ya pasado y perdido en el absoluto y la traición!

Ver cómo al toro, el gran Apis, lo emborrachan y  embrutecen con la capa roja hasta llegar a clavarle traicioneramente las banderillas que lo desangran y lo preparan al espadillazo final. Estas son de las horribles escenas que no deberían espantar en nuestro mundo, donde es tan común el horror y lo inenarrable. Pero, en fin. Todo entra en el río del sueño y el absurdo del río.

¿QUIÉN PUEDE TRAER EL FUTURO? ¿QUÉ GOTA EN EXTASSSSSIS PODRÁ FINGIRLO, MEDIRLO? SOLO UNA GRAN DANZA ENTRE LAS MAS REMOTAS ESTRELLAS, LAS QUE MIDEN EL CINTURÓN DE NUESTRO ALCANCE, ALCANZARÍA EL FANTASMA INSOSPECHABLE DEL FUTURO. Aunque se decía que cualquier aparición futura, incluso ese fantasma interestelar, venía siempre de abstrusas zonas del pasado, y que todo acontecer nuevo era engendrado por algún pasado ya vivido, y lo que se erigía era la figura del "Gran pasado en general", del que nos hablaban en el Devenir Bergson y Deleuze: Algo como que vida solo brota de lo vivo. Todo futuro sólo podía ser actualización o promesa de algún pasado ya vivido, de alguna instancia ya soñada.

De allí que la medida de cualquier futuro tenga su clave y su número en alguna parte del gran Océano del Pasado, pero al fin y al cabo se trataría de un número aún no enunciado, aunque incluido en las listas enormes de los Alef. Tendría su gracia propia, en cuanto no se sabría si era par o impar, primo o compuesto, racional o irracional, real o complejo, perfecto o común, amigo o enemigo.

El viaje podía llegar a cualquier parte, o cualquier zona del cerebro convexo. Incluso podría no llegar  y, en cambio, llegar a perder toda figuración, sucumbir en una espiral de hueco negro. El viaje podría ser ficticio, el sueño de alguna diosa, en tal caso de componente imaginaria positiva; o de algún ignorante plebeyo, caso de componente imaginaria negativa; o simplemente, el perfume de una flor o el aire corrupto de cualquier hierbajo, casos de componente imaginaria nula.

Así pues cada futuro podría medirse siempre con un segmento pasado ya vivido o soñado, pero no dejo de hacer tributo a eso completamente nuevo que debe traer todo futuro, y que lo vuelve inconmensurable con cualquier pasado, quedando así confirmada la gran flecha del tiempo y la irreversibilidad del flujo que dura. Quizás esto sólo responde a un deseo y una esperanza; con tal que nos anime y eleve nuestra potencia de actuar. En tal sentido el futuro sería un no-medible: nada de lo conocido daría su talla. Habría que vivirlo, nada podría sustituirlo, ni parodiarlo. El tiempo tiene una dirección privilegiada, fluye en flecha con un delante y un detrás inconfundibles.


José Guillermo Molina Vélez
Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes
Diciembre 26 de 2020



jueves, 17 de diciembre de 2020

Gotas-Bomba de Chopin



Esa música a gotas,

densas y de mesurado tempo,

saturadas de fuerza y emoción,

lunática inspiración,

nocturnal, hermética y hierática,

con la quietud y mutismo

de polares hipnóticas rocas

recién creadas en mente de visión perpetua

terrenal o estelar o de música en mareas,

se espacializaba en arcoiris luminiscentes,

bajo la gran diversidad de las estrellas,

cantando en dilatadas corcheas

que cubrían la vastedad de lejanas sombras.


Pensamiento puro en ciernes,

azules llamas del alba en floración,

hecho Historia en encendidas teas,

vivo Poema de sangres diversas

sangres discontinuas, armadura

a gotas de súbito corazón tomado de los siglos

y espectro del iris multicolor,

fondo oscuro en noche de relámpagos,

vacuo en glaucos violas de la noche oscura

de destino la inescrutable fuga en andrajos,

en el azar abierto a futuro de magos.


Gotas de sangre calma en arpegios detonantes

rodarían por suelos fértiles,

sembrando rosas y espinas-sangre,

capaces de trastornar los planos débiles

con rebeldes rizomas laterales,

guardados con celo en escondidas puyas

con fuerza neta de diosas iniciales

para estallar de mañana en irisadas joyas.


¿Qué es la vida, el respiro y el reintento?

¿Qué son esas gotas de incertidumbre

que trafican por las venas de ternura

entre nuestra razón y nuestro contento?

¿Es consciencia, asistirse en llama pura?

¿O es sufrir inconsciente cósmica lumbre?


Cualquier cosa que sea es nuestra pasión segura

como un único amor que nos avasalla

y sin contar con nuestra cordura

nos aniquila entre su fatal cizalla.


No importa lo esquivo de nuestro castillo,

siempre nos penetrarán los dioses enemigos

y harán polvo nuestros firmes edificios

y a través de los sueños nos doblarán en pliegos,

fáciles de tranzar en diversos mundos.

¡Nos toca hacer reventar nudos ficticios!

¡Nudos de no paso volverlos centros fecundos,

capaces de agrietar al estatal hombrecillo!


¡derriben el oro y el rocío mañanero

los fuertes hormigones dejados por los sueños!

¡se traguen los abismos las nocturnas prisiones!

¡vendrá en auxilio virgen niebla blanca

desde el forro gris del musgo montañero!

Nos hará túnel para el cruce de la infamia

y en vez de un erial bajo lluvia de besos-maná

cruzaremos el más vivo bosque tropical

allende toda ciudad y real academia

entre el azar perenne de ignota noche

de silbidos entre comer y ser comido

a bordo del gran oscuro que por siempre era

la frontera de la mente en nómada derroche

 

¡Que si llega a penetrarnos, redunde en su contra!

¡Acabemos con el perro estado, 

inclusive cuando nos influye!

¡Que cada vez esté más desvencijado!

¡Que si persigue, sea el que huye

quien aliente a desquiciar la potra,

a desnaturalizar el estado del estado,

y fundarlo en colectiva sangre de comuna,

forma que sin cesar con sus media prostituye!

Y sólo morirá dentro y muy dentro de cada una


Le acompañarán las dichas

entre notas y tambores

de selváticas y místicas orgías;

le inspirarán las series detonantes

de los aparatos impostores;

le dotarán con alas impías

para empatar en fuego tonos cantores 

y empujar al vacío los vacilantes

que tejen en sueños sus endechas

trenzadas en gotas multicolores.



José Guillermo Molina Vélez

Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes

Tributo al Complot musical

Diciembre 17 de 2020 

domingo, 13 de diciembre de 2020

Viaje in situ




Iba bien, movilidad pura

de viaje in situ por preciosos lugares, 

sensaciones y conceptos recién nacidos. 

Muy divertidos safaris y cruceros 

sin adicionales costos en vidas y pesos

solo ganancias de virgen extra. 


Creo que me hacía falta 

volver al desierto y la soledad absoluta, 

el gran privilegio humano 

voluntad de desierto y silencio 

hambre de espacio en creación 

como intestina acción de puro pensamiento


Pues era ante todo el pensar

pura pasión de vacío en ciclón

como éter creador, con único freno

la libertad de lo creado

capaz de elegir infinitos caminos

sendas de oro en transiente para futuro treno.


Vacío incluso de sí mismo. 

Y la Creación como la gran Beatitud

de la Nada que se complace en el Todo.

Mente Universal en Meditación de Gran Soplo.

Felicidad absoluta de lo vacuo en sismo

que genera en el viaje aguas chispas de virtud


Primero surcaba un mar de ondas matemáticas

al son de mágicas soluciones luz,

en términos de funciones fantasía

con cardúmenes de insólitos colores

y pasábamos por islas de palmeras bailarinas 

y arenas en grafitis de coros armonía.


Subíamos por bosques de leche y miel 

a los altos de refinados paisajes y lejanas divisas.

Debíamos luego sortear temibles acantilados 

y afrontar la malicia de crueles caníbales

que seguían la historia de nuestros viajes,

para culminar en orgías nocturnales


amaban los sancochos de órganos sin cuerpos  

alucinaban fantasías con diosas inmortales,

ninfas glamurosas más allá del amor y el desamor,

sensuales nereidas danzando en lo ultrasensible,

distantes solitarios trazando mapas de Caos

rutas de incógnita en álgebras insolubles.


Caíamos en encrucijadas ambarinas

cual prisiones-paraíso de rejas chocolate

y nos arrullaban vírgenes frescas

en colchones de limpias plumas

donde soñábamos con gestas dantescas

bajo el estro de un ultraterrestre vate.


Volvíamos a los arroyos de materna leche

surtidos de dadivosos róseos pezones

en los esculturales montunos senos,

fecunda floresta de los Andes nuestros,

donde se esperaba al sol noche tras noche

y a mañana y tarde cantaban sus notas cosmos


El toche y la soledad, 

los grillos y el gran sinsonte,

en cada alborada de oros o niebla

Acudían siempre al saludo en flores de monte,

liderando los cánticos de infinitos coros,

orquestando en hoy el tiempo de los amos.


Todos esos mundos combustos y cansos

se desvanecían al cruce en vuelo

hacia luz abierta de cielos mansos

por los paladines del viaje en desvelo, 

hambrientos de flores en vivos colores,

rara idea y arcano canto en zurdos harapos

 

cogían al mental vuelo

el sacro temblor al alba 

de diamantinas joyas en gotas

sobre oscuras chamizas de hueso

Vistas de esmeraldas, zafiros y rosicleres

cantaban la gloria infinita del cielo beso


Lo otro real simplemente se perdía.

Bajo los surcos y relieves de sus sueños

todo en carbones mustios se sumía

mientras su alma revivía por enteros años,

recobrando los carmines del comienzo, 

la fresca inocencia albur del primer día


Era entonces cuando nacía en manantial 

la iluminada tarde del remanso ,

do se eternizaba en perenne acuífero

la nocturna fiesta bestial

en que sombras y noche de acero

cumplían al oscuro su sino.


José Guillermo Molina Vélez
Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes
Tributo al Viaje Solitario
Diciembre 13 de 2020, 
Enero 10-12 de 2024

  

sábado, 5 de diciembre de 2020

Islas Mentales


 Dedicado a mi eterna Mechitas

Quietas las aguas sobre la arena blanca

de estas islas pura vida de centro amante

do gira mente en torno de idea trunca

y se agota el día sobre playa coruscante.


Al final de la tarde un gran vacío

me aspiraba desde dentro furibundo

con la fuerza sacra de un volcán inverso:

una licuadora de silente mundo

hecho de ideas en pedazos 

y de fértiles restos del gran estío.


En la noche serían cenizas

y ante las estrellas ardían esencias

en fogata ofrecida a las diosas

sumidas en celestes cadencias, 

mientras capullos de flores y malezas

preparaban brotes de las nuevas razas.


Era la vida tierna bajo ígnea demencia

tejidos de históricos delirios

parecían buen abono a las arenas

meditación y silencio en lirios

flotaban sobre la playa de palmeras

y en éxtasis rumoroso cundía inocencia.


Aromas de rosa, nardo y limón

dominaban esas playas solitarias:

era el volver de tu pálida sonrisa

cifrando las tardes arbitrarias

con tu iluminada y perfumada brisa

tus besos tan simples de envinado dulzón.


Amoroso Caos allí florecía

para nosotros en exclusiva

tu tierna dejadez que todo podía

mi hosca militancia en versos de vida

y fuerte viento al abismo nos lanzaba

forrados en musgos de poesía.


Flotaba contigo entre versos y luces

Me enseñabas a danzar en el vacío

esquivando carnívoras fauces

que brillaban en amores de extravío

Solo pendiente de tu abrazo etéreo

y escuchando tus musas de bruces.


Siempre supe que eras mi única luna

incansable bailarina de medidos pasos

Me instruías desde una exigua penumbra

me iluminaba la seda de tus brazos

aliada siempre con todo lo que alumbra

y me proyectabas todo el amor de tu cuna.


Al amparo de tus místicas siluetas 

revivían estas islas sus astrales cantos

brotaban sus suelos poemas abstractos

y en sus palmas danzaban las musagetas,

enterraban con alegría todos mis afectos

y me destinaban a vivir de anacoreta.


Bajo estas dunas de arpegios minerales

se iban guardando pesares y alegrías 

como futuros cantos de estas islas mentales

donde echaban su suerte mis ordalías.



José Guillermo Molina Vélez

Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes

Tributo a la Gran Soledad

Diciembre 5 de 2020 


miércoles, 2 de diciembre de 2020

Burbujas en mar de sueños




Pulsan, punzan mis dedos tu teclado impasible,
tu teclado morboso, hipersensible.
—con el deseo absurdo, con el propósito imposible
de trocar en sortílego, inasible
tejido de armonías
perdurables, la haza acerval de trastrocadas fantasías
que se embarullan en el caos diminuto de mi mente,
...
Y ella cantaba, Loreley, Loreley embaidora,
maga, hechicera —con su voz de argento,
con su voz vítrea, y cerca a la batiente
tienda de burda tela, cuya lona
cuán bien hubiera ido asida a un grátil
de nuestro brick, o enarbolada al astil
del gonfalón, de nuestro brick pirata,
y en victorioso asalto o en pávida derrota!
León de Greiff, Fantasía cuasi sonata 


Cuando se advertían los bordes en niebla

de una ardiente burbuja 

toda llena en su interior de vibrante selva

hecha luz de verbo y prima habla

fundante del sortílego pasar en fuga

donde alentaba palabra primitiva

en brasa poemática inflamada

por "tejido de armonías perdurables".


Hablaban y conspiraban sueños secundarios,

mientras una gota de luz y presente 

se pegaba de algún fragmento real,

en su brick pirata por piélago fantástico,

para urdir evento con sedas de mente.

Sumergida en burbuja celestial,

surcaría esta minucia de conciencia

las oscuras aguas del sueño idílico.                                                   


Entre las nefandas marineras colchas

invocaría a diosas de nombres enibrantes:

Lilith, Xatli, Budur, Loreley mi hechicera

entre las islas de carbón fascinantes

del mago orfebre de las nostálgicas endechas,

quien imperaba en simple Barataria,

esculpiendo las letras de nota entera

que danzaran en los nuevos himnos inaudibles.


El repartía diosas entre poetas,

ríos entre anárquicas montañas,

musgos entre solariegos bosques,

y a él volvían embaidoras sirenas,

suspirando por su amor y los piratas,

la aventura, el embrujo y el nuevo nacimiento.

Con matinales besos, las flores dejaban las noches 

y le traían el lozano conocimiento.


Y le invadían en la tierna luz

"en victorioso asalto o en pávida derrota",

según designio del alba caprichosa,

o lo sumergían en la sombra más espesa

para descansarlo de todos los seres

y dejarlo a solas con su alma azul,

vecina del cielo de licores,

donde ardían nobles sus versos de abenuz.


José Guillermo Molina Vélez

Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes

Diciembre 2 de 2020