domingo, 13 de diciembre de 2020

Viaje in situ




Iba bien, movilidad pura

de viaje in situ por preciosos lugares, 

sensaciones y conceptos recién nacidos. 

Muy divertidos safaris y cruceros 

sin adicionales costos en vidas y pesos

solo ganancias de virgen extra. 


Creo que me hacía falta 

volver al desierto y la soledad absoluta, 

el gran privilegio humano 

voluntad de desierto y silencio 

hambre de espacio en creación 

como intestina acción de puro pensamiento


Pues era ante todo el pensar

pura pasión de vacío en ciclón

como éter creador, con único freno

la libertad de lo creado

capaz de elegir infinitos caminos

sendas de oro en transiente para futuro treno.


Vacío incluso de sí mismo. 

Y la Creación como la gran Beatitud

de la Nada que se complace en el Todo.

Mente Universal en Meditación de Gran Soplo.

Felicidad absoluta de lo vacuo en sismo

que genera en el viaje aguas chispas de virtud


Primero surcaba un mar de ondas matemáticas

al son de mágicas soluciones luz,

en términos de funciones fantasía

con cardúmenes de insólitos colores

y pasábamos por islas de palmeras bailarinas 

y arenas en grafitis de coros armonía.


Subíamos por bosques de leche y miel 

a los altos de refinados paisajes y lejanas divisas.

Debíamos luego sortear temibles acantilados 

y afrontar la malicia de crueles caníbales

que seguían la historia de nuestros viajes,

para culminar en orgías nocturnales


amaban los sancochos de órganos sin cuerpos  

alucinaban fantasías con diosas inmortales,

ninfas glamurosas más allá del amor y el desamor,

sensuales nereidas danzando en lo ultrasensible,

distantes solitarios trazando mapas de Caos

rutas de incógnita en álgebras insolubles.


Caíamos en encrucijadas ambarinas

cual prisiones-paraíso de rejas chocolate

y nos arrullaban vírgenes frescas

en colchones de limpias plumas

donde soñábamos con gestas dantescas

bajo el estro de un ultraterrestre vate.


Volvíamos a los arroyos de materna leche

surtidos de dadivosos róseos pezones

en los esculturales montunos senos,

fecunda floresta de los Andes nuestros,

donde se esperaba al sol noche tras noche

y a mañana y tarde cantaban sus notas cosmos


El toche y la soledad, 

los grillos y el gran sinsonte,

en cada alborada de oros o niebla

Acudían siempre al saludo en flores de monte,

liderando los cánticos de infinitos coros,

orquestando en hoy el tiempo de los amos.


Todos esos mundos combustos y cansos

se desvanecían al cruce en vuelo

hacia luz abierta de cielos mansos

por los paladines del viaje en desvelo, 

hambrientos de flores en vivos colores,

rara idea y arcano canto en zurdos harapos

 

cogían al mental vuelo

el sacro temblor al alba 

de diamantinas joyas en gotas

sobre oscuras chamizas de hueso

Vistas de esmeraldas, zafiros y rosicleres

cantaban la gloria infinita del cielo beso


Lo otro real simplemente se perdía.

Bajo los surcos y relieves de sus sueños

todo en carbones mustios se sumía

mientras su alma revivía por enteros años,

recobrando los carmines del comienzo, 

la fresca inocencia albur del primer día


Era entonces cuando nacía en manantial 

la iluminada tarde del remanso ,

do se eternizaba en perenne acuífero

la nocturna fiesta bestial

en que sombras y noche de acero

cumplían al oscuro su sino.


José Guillermo Molina Vélez
Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes
Tributo al Viaje Solitario
Diciembre 13 de 2020, 
Enero 10-12 de 2024

  

1 comentario:

  1. Ha sido para mí una buena terapia en pro del sedentarismo de este año de mundiales cuarentenas. POR FORTUNA DISPONEMOS, EN NUESTRO ARSENAL MENTAL, DE TODO TIPO DE PUNTOS DE VISTA Y ESCENAS ocurridas para configurar vívidos paisajes mentales, llenos de geografía y narrativa.

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