domingo, 31 de julio de 2022

Tus ojos de carbón en llamas negras



tus ojos eran el fondo brillante de eternal negritud


tus ojos cósmicos de nocturnal carbón

ponían el aire en hipnótico silencio y plenitud

y la luz congelada en callada oración


tu mágico mirar de esfinge

pintaba entre onírica bruma lo real

y al fondo del sueño, fantasma en hechos unge.

Tu mirada de sombra creadora

Todo lo arrastra al nudo del grial


cuando quemaban vulgar escoria,

cosida en despóticos remaches,

esos tus ojos brunos carbones

encendidos en brillantes llamas negras

que empujaban la extensión del universo

su juego azaroso de luces y sombras

de mágicos días y extáticas noches


tus ojos ariscos

de mirar oscuro

y salvajes fulgores al vacío

extendían las fibras cerebrales 

del viviente cosmos con mental brío

inundando los reinos astrales 

del sueño fugaz que en nieblas y riscos

atracaba los glifos en bruto

de futuras praderas en dicha neta


tu mirar oscuro, de asceta,

fijo y profundo en la noche infinita,

fundaba la utopía de mares nuevos

escritos en tonadas de abstracto fuego,

apenas entrevistas en abstrusa partita

por veteranos melodistas del sosiego  

capaces de poner en cantos longevos 

los más simples arpegios de un poeta 

escondido tras rocíos en diamantes

que empedraban las calles en serenata

para el desfile de las ninfas ardientes


José Guillermo Molina Vélez

Finca Franja Lunática

Julio 31 de 2022

jueves, 21 de julio de 2022

Alas inmensas




Cuando llegaba a este alto sobre el llano de Ovejas

se desplegaban rompiendo las sombras de abenuz

unas alas inmensas de cristalinas nervaduras,

forjadas por celestes joyeros en días de luz

transmutaban los colores de seculares callejas

arrastrándolas por sueños de universos a oscuras


Entre mágico túnel, salíamos a soberanos jardines

pintados en mentas, albahacas y romeros 

y sobre sus perfumes volaba el ángel en vértigo bajo

para sentir los aletazos de aromas mañaneros

que en silencio maduraba el sol en su refajo

para la fiesta de esos deíficos gamines


que abrirían el día de radiante sol

con fogosos brindis por el sibarita Dionisos

que presidía fiesta y danza sin razón

el difuso Dionisos entre rutas caracol

de alegres ninfas y efebos narcisos

celebrando con gratuita bendición


entre jugos de sangre y talento

de risas cantarinas en flogisto

y fluídos vinos de evangelio

hacían su danza Dionisos y Cristo

rodeados de coros de fresco aliento

luz y salud para tierra sin sepelio


tierra de gracia en promesa

para nuevos seres sin prejuicios

portadores de flores y semillas

que sembrarían de risas los espacios

cansados ya de las viejas canallas

que invadían el valle de la diosa 


José Guillermo Molina Vélez

San Pedro de los Milagros, finca Franja Lunática

Julio 21 de 2022

sábado, 9 de julio de 2022

Mi bienamada: Abelardo y Eloisa



Solo tu voz de sedas
me llevaba entre los musgos Grises
de tus naves abandonadas, 

y me donaba el néctar de dioses.
El sofisticado arcano
de tus besos  encantados
coloreaba de risas y sencilla gracia
la piel  ajada del mundo anciano,
de flores frescas cubría sus tapices
y diluía en espuma su sólida malicia.

Tus ojos de niña eterna
vertían sobre mi mente en arcillas
la luz de la inocencia
y configuraban en mis dados 
jugadas del azar y el peligro.
Desafiaban mi alma en pecados
hacia el pozo de atersado negro,
de riscos femeninos en caverna
capaces de incógnitos placeres,
sembrados de dichas en cadencia,
cuajados de mieles y semillas,
llenando de risas los altares.

Jugábamos  en la noche del azar
a que germinaran las orquídeas.
Entre las pieles secas  del mundo yermo,
jugábamos al amor de Abelardos y Eloisas,
entregados al fuego puro del besar,
envueltos en riesgo de cenizas:
podrían quemarnos, castrarnos, aniquilarnos.
Ya sabíamos nosotros el secreto de lo incorpóreo,
entre la sangre misma de cuerpos enlazados.
Ya sabíamos desaparecer en gozo
entre los cuerpos de acero y roca
que oponía el mundo a nuestro paso.

Tu mi niña del alma florecías
en  sedas, mieles y rosas,
al fondo de los pozos de las dichas
escondidos en desiertos de cenizas, 
donde en pura llama ardías:
Tu furia marina de antiguas diosas
inauguraba el cuerpo sin órganos ni lazos.

Tu y yo, en abrazos,
hacíamos máquina de pétalos y bocas
y teníamos Feliz encuentro:
Era el gran acople de los centros.
Apagabas en el mundo angustias locas.
con tus indómitas sonrisas
implacables a todos los vientos.
Llenabas de  anarquía divina
y libre orgullo en caricias
los poros atónitos de las inocentes cosas

Mientras yo, mi rebelde corazón,
amante de lo absurdo
que rompiera y quemara
el sempiterno barullo,
deshacía las atroces horcas
almacenadas en mi mente historia.

Tú y yo rompíamos los cerrojos
y librábamos del martirio aquel perfil
que surgiera con pasión en los futuros.
Y gozábamos cuando la secular noria
volaba en pedazos y despojos
entre tus dientes de fiero marfil:
celestial pantera en inaudita conjura,
cuya inocencia demolía los muros
y disolvía en ruina y escoria
su corrupta ecuación de materia oscura.



Rionegro, Noviembre de 2017
Medellín, Enero 8 de 2018
Sn Pedro, Franja Lunática, Julio 9 de 2022
José Guillermo Molina