jueves, 19 de septiembre de 2013

Cuando abate monotonía

Cuando esa ceniza de atesado gris
se abate sobre cansados hombros
una noche mineral de apoteosis
se apodera del alma infinita
un halo de abstracta justicia
cabalga sobre las dunas de la hembra desnuda

y entre las sombras se distingue apenas
el alma que seremos
la austera e indistinta letra
cabal Quijote lejos de toda duda
en pos de ideales amazonas
por las que vaga sin fin a la palestra

A componer con severas caricias
oscuros poemas de absorto extravío,
donde al enclenque y undívago Rocinante
lo reemplaza algún pirata navío
amante de los tifones y tormentas,
experto en vivos atracos y abordajes

La vida se va













La vida se va como un viento de flores perfumadas,
de inconsútiles orquídeas
o acaso pertinaces bromelias
o la simple simple
rosa de las vírgenes
ya rosada o roja o la sublime blanca
o la salmón, la rosa negra
con ese rojo profundo al negro de Vincent van Gogh

la vida se va en nubes
del monte aromas al océano‑magma
y del océano al monte-musgo
¡qué rico el viaje de regreso!

la vida se va en nubes
y en perfumes oleadas
de jazmín o de azahar
de flautas o violines
si no los clarinetes o

el solitario fagot.

La vida se va y nos lleva
con sus innumerables rebaños
de paseo por las sendas 
intactas del desconocido universo
con sus mismas estrellas 
en plácidas cabañas
recorridas por el viento de la gracia,
la suave remesón del genio.

La vida se va 
por universo en expansión
aventura sin igual
en siempre nueva delicia.

José Guillermo Molina
San Pedro de los Milagros
Septiembre 19 de 2013