viernes, 31 de diciembre de 2021

Libertad

FUCSIAS Y COLIBRÍES EN GUARNE - ANTIOQUIA



"La libertad sonaba mejor cuando eran puras promesas", 

exclama Rocío en la serie Bolívar de Netflix. 

Ahora que la han conseguido, muchos no saben qué hacer con ella. 

Incluso muchos parecen extrañar quién les diga lo que hay que hacer, 

y sin virrey u oidor sucumben en la esterilidad y la miseria:

Diríase que la falta del amo desnutre el ganado.


Y es que Bolívar compuso su gesta libertadora 

con fuertes arengas que pintaban los colores de la independencia 

y la  omnipotente libertad

a un pueblo de antiguos salvajes americanos

que se debatía bajo el yugo absurdo 

de los infames españoles del otro lado del océano.  


Pero cuando sacaron a los invasores hispanos

se dejaron ver los monstruos y malformaciones de los criollos

que se encargaron de defraudar todas esas magníficas esperanzas

e incorporaron de nuevo los odios y las tácticas de la vieja dominación

llenaron con su mezquindad el vacío que habían dejado los chapetones,

reencaucharon bajo insulsos colores patrios las viejas cadenas.


Ante todo la libertad es un reto y un desafío a crear vida y futuros, 

en estos trópicos de selvas y ardientes florestas

cuajadas de hojas y flores de nuevos amoríos

y bodas salvajes de primera vista,

nupcias repentinas como las de orquídeas y abejorros

o las adorables fiestas ingenuas de fucsias y colibríes


Ellos sostienen la vida en sus imprevisibles redes

con sus locos amores contranatura 

consistentes en puros sueños de libertad sin lindes

despliegue de la pura alegría del sol y las estrellas

que anima biológicos guardianes trenzados en locura

a continuar riendo día tras día entre los humos de americanas selvas


Nos ayudaban así a disimular 

las vistas chatas de nuestros anodinos caseríos

y lográbamos superar los odios tontos de nuestras gentes

El musgo y la manigua vibrante

lograban remozar nuestras ajadas pieles

y sacarnos de los viejos humanos moldes,


para entrar en las sinuosas sendas 

que nos internan en los bosques familiares,

donde se entrenan nuestros devenires

animales, forestales y telúricos

en la tarea de traspasar los humanos códigos

y alcanzar los celestes jardines.


La Libertad americana es un sueño activo

bajo los planifolios de eternos bosques

y que canta en los gorjeos improvisados

de los pájaros recién nacidos entre chusques

y las odas eternas de los insistentes grillos

llevados en ondas por danzantes alisios.


José Guillermo Molina Vélez

Finca Franja Lunática

Diciembre 31 de 2021

martes, 28 de diciembre de 2021

Volátil y contingente: el aire móvil de la felicidad


 


El nivel de conciencia que nos amanguala con todo el universo

había que llevarlo al diferencial infinitesimal,

el infinito que se envuelve hacia adentro del divino cero.

Aprovechando la celeste claridad del alma

había que aguzar la conciencia a la punta de alfiler 

que lograra penetrar cada rastro de vida

que se empujara en creación automática  

por el espacio-tiempo inercial.


Dicho aguzamiento diferencial

se logra quizás

intuyendo  la esencia misma de la madeja

el principio incorporal de la reticulación

la espora o semilla puro sexo virginal y solitario 

del rizoma que acompaña en dibujos abstractos a la materia,

en una infinita variación de la Felicidad

de la vida como puro goce perenne inmaterial.


¿Era la vida puro deseo 

serpeando en irrepetibles variedades

por los fríos pedernales de la inocente materia?

¿Era ese deseo inagotable

en sí mismo indeseable, insoportable?

Era ese deseo sin memoria (pura memoria)

el que sembraba de conciencia

el universo y apagaba cualquier residuo de piedad


de modo que en verdad 

se expandía ese fuego verde

como gran inconciencia gozosa.

Ejercía sus derechos de diosa

sobre todos las superficies y cristales

del universo que sin cesar se expandía 

de los cuerpos que sin cesar generaba su vientre

manteniendo la tensiòn de su abstracta crueldad



José Guillermo Molina Vélez

Finca Franja Lunática

Diciembre 28 de 2021