Como un gran borbotón de corazón fresco
sin sujeto estable, ni objeto determinable;
así nacía un concepto, del núcleo
tremulante de la nada,
de un vacío gigantesco
en que flotaba Caosmos
en cuerpos-lenguaje de Madre-Hada,
dispuestos para cualquier movimiento
desde el fondo en lengua y coros
de tierna medula consagrada.
Era una nueva flor cerebral
la que alisaba sus pétalos
para presentar sus ideas al día.
Era la creación que saludaba al nuevo sol:
creación de fragmentos atómico-lingüísticos
editándose en páginas de órganos.
Y ante la huella sacra de su inspiración,
el mundo del revés se ponía,
un jolgorio profundo inundaba la inocente piel
y la conciencia entera de la historia sonreía.
Soplo sapiente, memoria eterna
Soplo transindividual y transtemporal
sobrevolaba historia de historias
concepto envolvente de evanescente rúa
o una función sobrevolante de funciones
o una bizarra sensación abarcando
sensaciones de aires extranjeros:
Gran bloque funcional o sensorial,
superficie de eventos en creación continua
sobrevolando la superficie del averna,
un Solitón como onda de ondas
pero no único sino en gran multitud,
multitud de multitudes gravitantes,
mutante, transiente, piel de amantes
que acomoda sus fichas estratégicas
en paisajes de ajedrezada luz
en partidas de jugadas cósmicas
que ponían en vilo del universo algunas sendas.
Igual que ocurría a todo lo creado,
lo pensado tenía duración finita.
Cual si fuera fruto fantástico
que sólo el tiempo volvía visible,
o que sólo existía en físico
durante un cierto lapso incontable,
algún segmento medible
del universal pasado.
Un tiempo finito en sobrevuelo ansioso,
a velocidad infinita,
entre llegar de la nada limbar
como luciente creación gratuita
y regresar en las sombras al nirvana
como la disolución y el bruno ocaso,
que en sacrificio la Diosa clama
para acallar la furia-llama del Azar.
Era el Universo pura consistencia
de un desastre persistente
insoluble problema de inmanencia
planteado en innúmeras galaxias
de espasmódica simultaneidad concertante
especie de ecuación en vivo sin Resolvente,
escrita en fuegos de ardientes flujos parias
que alteran toda tradición dimensional
Primero se prodigaban las caricias
y luego vendría la lucha de los vientos
unos contra otros en torno a la esfera
luego el abrazo y la aparición en escena
en alguna incógnita coordenada
Muy cerca los corazones
producirían la divina chispa
que en la mañana anunciaría las albricias.
José Guillermo Molina Vélez
Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes
Diciembre 31 de 2020
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