Salió la luna nueva en su cielo negro
en arco
sin lucero de la tarde en su centro
Avanza la madre blanca
sin véspero de amor al centro
su luz dulce en lácteo derroche
por bordes neón de cada espectro
en el seno en sueños de la noche
que compone en gira franca
su inaudible lira
Salió la luna nueva en su cielo
negro
en
arco-pira
sin lucero de la tarde al centro
sin traza de clamor que guíe su
deriva
ni viento a favor que informe el
canto:
sólo fuego frío de tinte cerebral
colgando de vacuo cielo.
Llegó la luna en su barca-fortuna
en arco-cifra
de fuego blanco solitario
tallado contra el duro silencio de la duna,
tallado en canto sutil
y plata antigua de relicario
toda la fortuna
es el magno silencio
que brilla a la luna
en atento cristal,
oronda torre de magnesio,
conciencia en hielo y pilar.
Luna nueva en su cielo negro sobre
el monte espalda
en arco de
fuego-bruma
sin lucero de la tarde al centro
con lucero vagando en jardines
de esmeralda
muy lejos del redil de encuentro,
donde la palabra es la sola amante
en la eterna noche obscura
amante-niña que habita los pliegues
del antro
Luna nueva en cielo negro
en arco ciego
sin lucero de la tarde al centro,
sin el lucero vivo que su viaje
escolta
Luna nueva en cielo negro
en arco blanco
SUTIL ABRAZO DEL MARFIL
al inmenso silencio del vacío
sin véspero al centro
sin casa ni estanco
en la dura inclemencia del frío
que guardaba en alfil
las sendas del milagro
el arco lácteo de la luna tierna
lanza su abrazo marfilino
al cuerpo ébano del silencio
llamando al amor al lucero venusino