Todo el coro lo haría la Tristeza.
La nave se impulsaría con los vientos del Agobio
muy lejos del Jardín Felicidad.
Leves tonadas
de ángeles tímidos
me alejarían del mundanal bullicio
de las risas fáciles y del amor engaño
debía sentir el vértigo del dolor puro
el corte limpio de sutil guillotina
a cuyo timbre y tacto desaparecía el mundo
y sólo pervivía quemante suspenso
y el espanto lívido
de sin par tormenta
donde gustaba el alma su martirio
debía saborear en seco
la luz fantasma de los rayos absolutos
rajaría toda mi piel
el aire enrarecido de su corazón
la luz oscura de su amor antaño mío
opacaría con carbón de lutos
los nuevos pétalos que sin cesar brotaba su desafío
ya bajaban por la cresta de furiosas olas
órganos anónimos de perdidos amores
los te amo y los te adoro
de olvidados amantes en pedazos
revolcados por la ciega pasión
en el abstruso mar de los sargazos
orquestado por el signo de la Angustia
Pero así fuera en la ausencia
saberte mía me hacía muy feliz
así fuera en la tormenta helada
que arreciaba aprovechando tu distancia
sería un bienaventurado
pendiente en llamas
de tu corazón mi gruta amada
José Guillermo Molina
El Corazón
Febrero 8 de 2019