esas flores niñas de colgantes geranios
temblaban en las manos de seniles brisas
y estas manos de ancianas eólicas
percudidas de roces de milenios
con eras de mundos archivados,
hojas de historias inconclusas
y huellas cargadas de universales restos
ya no sentian los tersos pétalos
de los ingenuos niños en rojo y blanco
que se estremecían entre sus bruscas palmas
a cada caricia o cachetada seca
de las nómades ventoleras
las inocentes flores crecían en edad y ciencia
se llenaban de mundo y universo
gozaban del lenguaje y el discurso
que heredaban los nuevos brotes
aunque éstos nunca imaginaban las bruscas caricias
que vendrían con descaro a saludarlos
y meterlos al flujo de la historia viva
como actores gratuitos de últimos datos
como fuerza pura en astral presencia
solo querían las salvajes brisas
estrujar al límite los ramos de flores
y enseñarles la inestabilidad del mundo y las cosas
lo que hay por fuera de sus serenos capullos
y terminará marcando sus pétalos y tiernas pieles
con ritmos y caracteres de nuevos conciertos
urdidos con la furia de tifones actuales
instruidos y moldeados en los meros campos veloces
en el ojo de los ciclones cíclopes
jose del viento
agosto 29-30 de 2024
octubre 2 de 2024