desventurado iceberg
contra el azul infinito
inferior y superior
de las Antártidas ignotas de mi viejo corazón
Me plegaba en incontables foliaciones
víctima de mi sed sempiterna
y de mis ecuaciones tectónicas incontrolables
mi viejo corazón vivía en el fuego frío
y se cocía en los prietos lazos
del cero absoluto,
en los sagrados hornos
de aterrados dioses de la roca
o inconsútiles telas de atmósferas salvajes.
En ambos casos eras
mis telúricas raíces
o mis celestes meteorias.
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