sólo al fondo del odos
de oros y meteoros
sin dudas ni torturas de corazón
con mis viejos sueños como únicos anuncios
allende los montes en frío carbón
de rampantes azules
silencios
lejos de norte y sur
lejos de leche materna y humana cordura
puro camino sin fin,
tejido en teorías de
palabras sin habla
sutil polvareda manchando el azul,
el cromo matinal con que ofuscaba el infinito
meteoro ecuatorial,
vagando en sueño cual vacuo Arlequín
un poco de ocre y tierra,
de musgo, de bosque y de
niebla
sobre la escritura sólida y pareja
de hiperastral granito
en
esta pampa de sólo negrura
habitaba mi alma su neutro espectral
cataba mi sangre el gran
silencio mineral
que coreaban en abismo
hondas vihuelas
cabalgando las olas
incesantes
sobre súbita pleamar, amplias
estelas
serpeando entre los cantos de arena
nimias voces que emitían el
continuo
obscuro zumbido de la selva
esa ola verde de ciega vida plena
montada sobre anciano tejido exiguo
en sedimentos de milenios
gran canción eterna de residuos
en oleajes rítmicos de sirena
Quijotesca armadura de dispersos
Enredados en telas de mudos arpegios:
Pura armonía
En la criba del azar
¡Qué puede ser una criba del azar? Ahora, uno o dos ... días después no entiendo ni imagino sino muy nebulosamente lo que pueda ser una criba del azar...
ResponderEliminar¿Quizás la inconcebible desmembración, desmenuzamiento?