No había tiempo que perder, cual necio:
Sin la Musa se volvía difícil respirar feliz.
O se la conquistaba a todo precio
y ganar su rosagante abrigo
y disfrutar su mullido seno
capaz de llenar el ambicioso cáliz
del sitibundo verbi-mendigo
y en letras de luna marcar el terreno...
O se perecía en los literarios envites
muerte digna de algún ignoto rápsoda
preso en exiliados e hirvientes límites
lejos de la corrupta y humana moda.
Quizás nos juegue siempre el mismo ardid
ya cediera muy tierna a nuestro valiente acoso
o nos abandonara en la cruel trinchera
sin pluma, ni espada ni estelar candil
O se moría bajo su agónico beso
o extinguirse en el desierto de su ausencia
lejos de sus néctares y sus aromas.
O se raptaba esa flor de inteligencia,
al filo de peligrosas noches en celo,
cuando sonaban los cristalinos idiomas...
O se perdía el roce de su piel de cielo
y el derecho a morir de amor y embeleso.
JOSÉ GUILLERMO MOLINA VÉLEZ
FINCA FRANJA LUNÁTICA
JUNIO 30 DE 2022