Los soplos del ángel
huían volátiles
quedando sólo en borrón y olvido
al fondo del vergel
e iban a sumarse mudos
Al pozo de oceánicos murmullos
Éxtasis anónimos de universos banales
humeaban entre estallados recuerdos
era el mar del gran pasado en ruinas,
único capaz de engendrar
fragmentos de universo nuevo.
Alli germinaban aleatorias semillas
de nuevas creaciones
y desconocidos mundos
que seguirían orbitando en aladas canciones
los soles perpetuos de nuestra amada vida
Allí quedaban en piélagos de caspa
formando madre y brasa,
disueltas en dispares trizas
para saltar cualquier nueva chispa
en elemental consciencia
entre silentes y grises cenizas
secretos de invicta ciencia
guardaban las desmenuzadas memorias
De ese fondo indistinto
Surgía cualquier milagro mental
Lleno de gracia y picante
Escrito todo en lengua vital
Que hurgaba en el vacío por historias
Por nuevas formas de feliz delito
Capaz de configurar futuro espacio referente
Con las imborrables huellas de las norias
eran los tiempos en que delito y transgresión
Se implicaban en los caminos nuevos
Condicionando toda creación
Crear implicaba en limpia estepa:
transgredir la normal prohibición,
desatar los flujos laterales
y multiplicar de similaridad los evos
mientras brotaban pullas de diferencia neta
Josè Guillermo Molina Vèlez
Guarne, La Cabañita
Junio 24 de 2022
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