lunes, 17 de diciembre de 2018

Cataclismo de Corazones Enlazados

A veces ese corazón  amante del grito eterno
se negaba a ir solo 
y reclamaba en su coro dual
ya fuera en contralto
o contrabajo
al otro corazón hermano 
que le habían asignado las aguas y los cielos
en esa noche fatal de acerado canto 
y luna vigilante,
cuando el cielo envidioso
escuchaba tan atento
cada palabra del sutil ensalmo

A veces mi corazón  esclavo
reclamaba a su lado
con salvaje ritmo
ese corazón de virgen amante
con el que practicaba ingrávido
el juego de brillos diamante
en torno de voraces huecos negros
que envolvía 
en rojo oscuro
su apasionado cataclismo

A veces la sangre dolía
como vino ebrio
devorando el día 
tras su noche en delirio

y cuanto más dolor 
más pura se volvía
y gran celeste girasol 
en hélices de gozo los envolvía
y un coro de ternura 
los nimbaba de luz dorada

oh noche de estremecidas constelaciones
oh noche de amor callado y pleno
orquestada por los grillos diminutos
y las palabras silenciosas de las hadas
oh noche de amor fatal
en que se trenzó nuestro delirio

ya nunca lograríamos latir por separado
nuestro abrazo alucinado
ahuecaba cada vez más el universo,
expandía sin límite su singular secreto 


José Guillermo Molina
Medellín, El Corazón Diciembre 14 de 2018

viernes, 14 de diciembre de 2018

Brumas orgánicas

Laguna de Quilotoa, Cotopaxi, Ecuador


Solo los grillos modulaban mi nombre en miles de variaciones
Joseph, Yussuf, Yusu, Jesu, Usar, Usargot, Us, Usia, Usón
El solitón

Y al fondo del volcán,
con su uniforme ritmo,
del peregrino corazón el gran peán

paso a paso 
jugaba su tambor
el inefable onto-algoritmo
que tornaba su carne-tiempo en son

y su disonante cantar en sismo,  

su divertimento escaso,
en gritos-trueno del hondo abismo

experto en las tormentas de colosal abrazo, 
sutil arpegio y etéreo delirio 
saltaba en chispa del colosal topetazo

tanto en el aire seco de martirio
como aterido entre el acuoso elemento
debía filtrar el vino del festejo agrio

rodaba su ciclón el canto-tormento 
en ese piélago de metálico master 
donde crujían acordes en fragmento

ensayando números de abisal desaster
que agrietaban las más sólidas formaletas
y activaban musicales harinas en cluster

cantaba con potente voz de profeta
notas claras de sutil aurora
tejidas con frescas sílabas de analfabeta

que fluían en gotas cantoras

de fréseos pezones cráter
desde rozagante matinal señora

al fondo del encarnado  volcán,

con rocas del primitivo magma,
ponía en marcha su único plan:

Hundido entre su caracol, 

urdía tierno nido de alma,
límite divino entre baba y meteor

hecho éxtasis su hambre de amor 
volvía la sangre piel de virgen
y tornaba en dulce néctar global dolor

diamantinas lágrimas los prados ungen,
curando el filoteosófico ardor
que desparraman alas de fuego del gran ángel:

fluyente canto entre rudas señas,
en medio del gran 
clangor de sedas furia
que armaban las olas niñas

en pos de sus amadas playas de lujuria
donde corearían sus quedos murmullos 
sobre las brillantes páginas de arena espuria

inocentes danzantes sirenas
escapando el silencioso fondo
tras los brillos gozosos de las arenas

desde su dura margen de roca,
del solitario corazón surge el canto, 
mientras pétalos de gracia invoca

llega el dulce canto en la llovizna fresca
y calman los febriles sueños 
sus pavuras de carbón sin yesca

José Guillermo Molina
Rionegro, Diciembre 14 de 2018 
Franja Lunática - San Pedro de los Milagros, Octubre 18 de 2023