Laguna de Quilotoa, Cotopaxi, Ecuador
Solo los grillos modulaban
mi nombre en miles de variaciones
Joseph, Yussuf, Yusu, Jesu,
Usar, Usargot, Us, Usia, Usón
El solitón
Y al fondo del volcán,
con su uniforme ritmo,
del peregrino corazón el gran peán
paso a paso jugaba su tambor
el inefable onto-algoritmo
que tornaba su carne-tiempo en son
y su disonante cantar en sismo,
su divertimento escaso,
en gritos-trueno del hondo abismo
paso a paso jugaba su tambor
el inefable onto-algoritmo
que tornaba su carne-tiempo en son
y su disonante cantar en sismo,
su divertimento escaso,
en gritos-trueno del hondo abismo
experto en las tormentas de colosal abrazo,
sutil arpegio y etéreo delirio
sutil arpegio y etéreo delirio
saltaba en chispa del colosal topetazo
tanto en el aire seco de martirio
tanto en el aire seco de martirio
como aterido entre el acuoso elemento
debía filtrar el vino del festejo agrio
rodaba su ciclón el canto-tormento
en ese piélago de metálico master
donde crujían acordes en fragmento
ensayando números de abisal desaster
que agrietaban las más sólidas formaletas
y activaban musicales harinas en cluster
y activaban musicales harinas en cluster
cantaba con potente voz de profeta
notas claras de sutil aurora
tejidas con frescas sílabas de analfabeta
que fluían en gotas cantoras
de fréseos pezones cráter
desde rozagante matinal señora
al fondo del encarnado volcán,
con rocas del primitivo magma,
ponía en marcha su único plan:
Hundido entre su caracol,
urdía tierno nido de alma,
límite divino entre baba y meteor
hecho éxtasis su hambre de amor
volvía la sangre piel de virgen
y tornaba en dulce néctar global dolor
tejidas con frescas sílabas de analfabeta
que fluían en gotas cantoras
de fréseos pezones cráter
desde rozagante matinal señora
al fondo del encarnado volcán,
con rocas del primitivo magma,
ponía en marcha su único plan:
Hundido entre su caracol,
urdía tierno nido de alma,
límite divino entre baba y meteor
hecho éxtasis su hambre de amor
volvía la sangre piel de virgen
y tornaba en dulce néctar global dolor
diamantinas lágrimas los prados ungen,
curando el filoteosófico ardor
que desparraman alas de fuego del gran ángel:
fluyente canto entre rudas señas,
en medio del gran clangor de sedas furia
en medio del gran clangor de sedas furia
que armaban las olas niñas
en pos de sus amadas playas de lujuria
donde corearían sus quedos murmullos
sobre las brillantes páginas de arena espuria
inocentes danzantes sirenas
escapando el silencioso fondo
tras los brillos gozosos de las arenas
desde su dura margen de roca,
del solitario corazón surge el canto,
mientras pétalos de gracia invoca
llega el dulce canto en la llovizna fresca
y calman los febriles sueños
sus pavuras de carbón sin yesca
Rionegro, Diciembre 14 de 2018
Franja Lunática - San Pedro de los Milagros, Octubre 18 de 2023
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