A veces ese corazón amante del grito eterno
se negaba a ir solo
y reclamaba en su coro dual
ya fuera en contralto
o contrabajo
al otro corazón hermano
que le habían asignado las aguas y los cielos
en esa noche fatal de acerado canto
y luna vigilante,
cuando el cielo envidioso
escuchaba tan atento
cada palabra del sutil ensalmo
A veces mi corazón esclavo
reclamaba a su lado
con salvaje ritmo
ese corazón de virgen amante
con el que practicaba ingrávido
el juego de brillos diamante
en torno de voraces huecos negros
que envolvía
en rojo oscuro
su apasionado cataclismo
A veces la sangre dolía
como vino ebrio
devorando el día
tras su noche en delirio
y cuanto más dolor
más pura se volvía
y gran celeste girasol
en hélices de gozo los envolvía
y un coro de ternura
los nimbaba de luz dorada
oh noche de estremecidas constelaciones
oh noche de amor callado y pleno
orquestada por los grillos diminutos
y las palabras silenciosas de las hadas
oh noche de amor fatal
en que se trenzó nuestro delirio
ya nunca lograríamos latir por separado
nuestro abrazo alucinado
ahuecaba cada vez más el universo,
expandía sin límite su singular secreto
José Guillermo Molina
Medellín, El Corazón Diciembre 14 de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario