Bello amanecer amando tu rostro
entre las piedras de la noche negra
sin saber leer buscaba maestro
para calcular de tu amor la cifra
Luna entre sutiles nubes de nácar
halaba mi ser hacia monte sacro
y en su menguante de yemas de azahar
llenaba de flores mi ánimo pulcro
Y era creciente en tus latentes brazos
bullía tu nombre de arpegios santos
inventando en mi sangre locos trazos
versos de felices letras vientos
Se mezclaban en himno con los trinos
de inocentes pájaros mañaneros
y virginales gotas con sus brillos
reemplazaban a dormidos astros
José Guillermo Molina
Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes
Noviembre 16 de 2019
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