Había allí un agente, oficial de hoja en blanco,
plantado en gran reposo,
al fondo en roble y oro
de un acuífero profundo,
gran fuente original de vino sacro,
rodeada de rosas perfumadas
de lirios del valle y orquídeas de barranco.
Estaba listo a recibir la gran escarapela
el distintivo extramundo de las hadas:
Cada gota en su canto hondo
con bullente sangre en vela
y al flote de los dioses con alma en alborozo.
el fondo del ebrio cósmico pozo
guardaba el mágico vino de aéreas mentes
Gotas con todos los iris de las joyas
Caían ardiendo al fondo del gran tonel
Llegaban para la gran fiesta de estrellas
Que esperaban su sabor a solares uvas
entre risas y danzas a granel
ya entregadas al deliquio de las diosas
Leyendo los poemas grabados en dulzuras
versos de néctar en pétalos de rosas
Con tiempos que convulsionaban sin reglas
temblando de cielos, mundos y musas
Cantando con potencias de americanas junglas
Las fiebres de tribus en ígneas semifusas
las nuevas estrellas de la antigua polvareda
se embriagaban con los sabores del viejo sol
Fresca pompa del puro amanecer
y bohemia radiante de estelar rocío,
testigo de la noche y la universal deriva
ante el ojo insomne del vacío:
eran las fiestas descomunales
a que asistían los amantes en luz y nube,
en fuga pronta por antiguos prados,
mientras en la sima sucumbían las ciudades
con los oficios habituales de condenados
que van y vienen por inéditas olas del Leteo.
danzaban las cruces de los matinales brillos
por las libres sabanas de los prados de amor
Circulación mágica por praderas mentales
Se instalaba en paralelo resonante
sobre el círculo de enajenados de van Gogh
Contra el fondo en húmeda prisión perpetua
recorriendo en eterno sueño de apagado sol
los círculos metafísicos del Dante,
En las brumosas lagunas infernales:
Eran los círculos en perfectos acordes
De Pitágoras, Euclides y Arquímedes
Navegando por los mares abstractos
Do coronaban de gloria a las Islas Solitarias
retomando en cánones antiguos cantos
Y cuyas playas decoraban lotos y Caracoles
Y pródigas frutas de las selvas baratarias
En las tardes se recogía y maduraba
vino solar de pura alegría
que iría en directo a nutrir de savia
e iluminar las fibras legendarias
con el polvo volátil de fugaces poemas:
era el vino de la gracia danzarina
que infundiría azar y sentido
a los pedazos de lengua,
concreciones y nudos de noemas
en mares de voces en habla y memoria,
cuyos pentagramas en alargadas olas
encarnaban la música del agua
Al amaño de chismes en voces sueltas
Y sordas a todo amago de concepto
océano de menudas melodías
ardía en Schubert, en Dvorak y en Brahms
sosteniendo en danza el musgo liviano
que guardaría en islas secretas
los jugos de espirituosas llamas
las frases más dulces de astral galimatías
con que se guarda oculta la ruta de corsario
en que singla nebuloso su brick pirata
entre páginas de historia y de vida
de sueños y lejanas fantasías
y la dicha cierta del aire golosina
jugando en el monte con delicadas briznas
dulce vibraba el mutante viento
en las alas invisibles de los colibríes
La dicha de invitar a las flores a la danza
encendiendo la brasa de los días
en la cueva nocturna de su gamuza,
donde se guardaba en exóticas tomas
el más potente brebaje de musical jungla,
-néctar de vitales hilos
llevando fondo y mareas-,
la entonaban las notas más sortílegas
que llevaban el concierto según regla
en esferas de más altas energías
arrastrando con etérea fuerza
el danzarín cuerpo del vino en su cava
la sangre ebria al fondo del pozo
mentes atentas al aire de diosas
el gran vuelo del vino
pintaba su cielo de luces y risas
José Guillermo Molina Vélez
Finca Franja Lunática
Agosto 27 de 2022
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