La vida, lo vivo y reciennacido bien perecedero
siempre, por un lado, nos adviene,
como aludes repentinos nos cubren
y por otro lado, sólo ocurren
yéndose, fugándose, desapareciendo,
buscando siempre el desfiladero...
y lo más emocionante
es un mediodía luminoso
de puro vino crepitante
y bullente de encanto sedoso
hecho todo de rumores rubefascientes
donde el ánimo entero se arroba
y etéreo se diluye en huidizas frases musicales
y movimientos de alma inusitados
hasta llegar a meros cambios de velocidad
y ritmos de espirituosos alientos
José Molina
Franja Lunática
27-12-22
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