tetas blancas de coliflor
blancas y amplias nieblas
níveas mañanas de silencio
brillaban al alba temblorosas
dejando en su fuga de sorpresas
cristalinas gotas despavoridas
disueltas en dichosas polvaredas
irisadas estelas de risas frescas
que lanzaban sueños abandonados
en el naciente azur de riente alba
llena de clara luz e incertidumbre rosa
anidando el beso tierno en perlas
que daba la coliflor a la mañana de luz
en leches y purísimos corales
que encendían la nuova matina
desde la coliflor en preciosos fractales
la magnífica flor
guardada en frescas hojas
de cielos verdes en serenata
festoneados de finas nubecillas.
Esas hojas en verde cyan de nuevo ton
acababan de nacer en aire golosina
entre las caricias de las tiernas brisas
que corrían por curvas y cañadas
asistidas por soberano sol partero
que hurgaba indoloro con incorpóreos rayos
en las profundas entrañas de las diosas
las criaturas nacidas en esa aurora
recibían saludos en rocío
de tímidas florecillas de pradera
que aparecían nítidas en viaje extravío
por las infinitas landas y laderas
bajo radiantes cielos tatuados de cirrus
diminutos como areniscas de nube
cielo nítido de azul sonrisa
traía a bordo la más fresca infancia
y obligaba a solo amar el camino
sin ton ni son, al camino real montañero
de acallados poemas y orquídeas escondidas
a la caricia de flores y helechos
adiestrados en los fríos de las sierras
y los calores de pasionales licores
que acompañaban el paso por esos cañones
forrados de musgos en estrellas
mañanas en lechosas calimas de silencio
venían a henchir el corazón de un gozo
como levadura viva que hierve sin motivo
y levanta las telas del ánimo
brillando al alba temblorosas
las estelas de irisadas espumas
que festoneaban las angélicas fugas
José Guillermo Molina Vélez San Pedro de los Milagros Finca Franja Lunática Noviembre 15 de 2023
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