es el momento arisco
el instante ríspido inabordable
de mortales aristas en sable
puro escollo marejada y risco
de abismos y vacíos locas ansias
viejas amantes de hondos alientos
vigilaban en la cresta de las cimas
exigiendo los sesos en los intentos
íntimas sólo sangre dulces Ninfas
espíritu del aire noble Ninfo
y dicha cierta al fondo del gran horizonte
desierto donde actúan los dorados colosos
que sepultan al sol de arcanos cantos
eterna dicha de puro transtiempo
entre pieles de calor en amorosa linfa
en acoples de querubines ignotas criaturas
que llegaban a sepultar el sol de triunfo
en el Pacífico entre sus tormentas maduras
al fondo mismo de todos los espacios
lisos o broncos en áspera arenisca
páginas poema o cifradas partituras
espacios de almas-silencio en cartapacios
e inesperadas voces en lenguas de fuego
concertando al clamuroso vacío
los primeros trenos de soberana libertad
la triunfal marcha de los hombres libres
sobre amorosa tierra de pan y vino
desde antiguo esclavizada por ellos mismos
aunque enseguida se haya advertido su derrota
y el triunfo de la nada totalizante
hecho místico del número absoluto
capaz en sí con la multiplicidad completa
tanto como con el vacío indistino
en que rueda y se expande el universo
número total y llano
sin cuantos ni grados,
pura multiplicidad en bloque
número único del momento arisco
sin crescendos ni múltiplos ni submúltiplos
ni sumandos componentes de secretas claves
que le despojen de su secreta desnudez:
todo un transfinito hipersimple
de abrazos inmedibles
e ilímites desperdigadas colonias
en lejanos abismos
cual nacientes estrellas en su aprisco
preparándose en el núcleo de los hornos
para el abrazo en llamas a las púas del risco
que inauguraba las fiestas de ontogenias
con los ecos y tambores de los precipicios
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