un gozo inexplicable de imparable dicha
fluía como candente lava en crecida
poniendo brillos y etéreas ondas
en los atómicos riscos de su marcha
su tapiz flotante que traía de amanecida
cual tabardo de bohemio en noches corsarias
floreado de diamantes y abstractos minerales
de que lo aviaron estrellas milenarias
maestras de añeja poesía de volcanes
cuajada en calles de soledades hondas
agatas onices hornblendas y estalactitas,
cuajados en repentinas metabolias
entre lácteas nieblas del monte alto
señoreadas en sueños de firmes cristales
bajo ecuaciones de dudoso exacto
cruzaban en fríos silencios nocturnales
las cimas sagradas de las nieves
las hojas de la arboleda se vestían del oro final
la tarde entera se soliviaba en vahos
y flotaba en intensos amarillos
la floresta se rezaba en dorado caluroso
la fabulosa somnolencia reía a cielo abierto
las islas fantásticas de arena blanca
y fiesta de ninfas transparentes
avivando fogatas de llamas naranjadas
donde solo soplan músicas fuera de rango
en las que danzan sus pies de seda
al son de flotantes y estremecedoras
notas vivas de carne y símbolo
que al correr del tiempo amarraban en greda
al cielo torpedean sus dedos de picaflor
en singulares rondas de exóticas funciones
hechas de elegantes notas
compuestas en oleadas de colores
entre el clamor asolador de la orquesta
allí nacía el agua fresca
que daría su pan a la vida
y danza a sus ninfas de róseos ardores
jose del viento
franja lunática
julio 20 de 2024
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