Ahora ella anda entre las olas
evaporadas
Y los cielos cristalizados.
Ahora ella me susurra sus salvajes
letanías
Al paso de eternos tres meses
Y canta su voz de niña a esa María
que en las rocas patinadas se
aparece.
Entre los vapores del mundo
hechizado
Saltó de un viernes 13 de enero
al 13 del mes 4 de 2012,
fecha cuyas cifras suman el
misterioso 13
y me envuelven en falaz encanto
del
número imposible, críptica cábala.
Y sólo veo su alma riente
En el adentro de las gotas profundas
De las corpulentas rosas de
transparencia muda
Solo hablan a mi aliento en trance
De las aladas caricias que me
dedicaba
su sencilla trama de mujer enamorada
mientras pasaba en fraude
lienta presencia diluida en
criptogramas
habitantes de los páramos dolientes.
Que venga
una dulce musa de melones
A posarse
con el viento en estos versos
A resguardo
de espumas y goterones,
Pero frente
al mar de diamantes y zafiros
Que me alcancen sus pasos de agua nacarada
Y penetre yo
la nada rendido ante sus besos.
Venga, yo
mido sus olas alargadas
Y leo el
infinito en sus ojos de ciegos carbones,
Me entrego a
sus canciones de rápidos respiros
Entre adagios
y hondonadas
Mientras brota
de su piel felicidad en
llamaradas
Y me hundo
en sus ojos y su piel de ariscos sones
bañando en
amor mi corazón sus tonos hueros
mi seco corazón
sediento y frío entre sus brazos ceros
de tierra
fresca saturada en matinales oraciones
O en estos montes de cifrados
silencios
Escanciados por los grillos de sus
lares
De azarosos silencios en escorzos
Anidando entre las cuevas de sus
roquedales
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