viernes, 13 de abril de 2012

Otro viernes 13 en sólo Ella


Ahora ella anda entre las olas evaporadas
Y los cielos cristalizados.
Ahora ella me susurra sus salvajes letanías
Al paso de eternos tres meses
Y canta su voz de niña a esa María
que en las rocas patinadas se aparece.
Entre los vapores del mundo hechizado
Saltó de un viernes 13 de enero
al 13 del mes 4 de 2012,
fecha cuyas cifras suman el misterioso 13
y me envuelven en falaz encanto 
del número imposible, críptica cábala.

Y sólo veo su alma riente
En el adentro de las gotas profundas
De las corpulentas rosas de transparencia muda
Solo hablan a mi aliento en trance
De las aladas caricias que me dedicaba
su sencilla trama de mujer enamorada
mientras pasaba en fraude
lienta presencia diluida en criptogramas
habitantes de los páramos dolientes.

Que venga una dulce musa de melones
A posarse con el viento en estos versos
A resguardo de espumas y goterones,

Pero frente al mar de diamantes y zafiros 
Que  me alcancen sus pasos de agua nacarada
Y penetre yo la nada rendido ante sus besos.

Venga, yo mido sus olas alargadas
Y leo el infinito en sus ojos de ciegos carbones,
Me entrego a sus canciones de rápidos respiros
Entre adagios y hondonadas
Mientras  brota  de  su piel felicidad en llamaradas
Y me hundo en sus ojos y su piel de ariscos sones
bañando en amor mi corazón sus tonos hueros
mi seco corazón sediento y frío entre sus brazos ceros
de tierra fresca saturada en matinales oraciones
O en estos montes de cifrados silencios
Escanciados por los grillos de sus lares
De azarosos silencios en escorzos
Anidando entre las cuevas de sus roquedales

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