sus ojos de niña amazona
traían de nuevo el Paraíso
volvían actual la divina presencia de la gracia
la fuerza inmensurable de la Inocencia
sus ojos sensuales
de fuego primitivo
fundaban en cualquier camino salvaje
la dicha infinita con sus besos de ignotas mieles
y su porte fino y altivo
los faros de sus ojos estivales
quemaban en idiosia
la inútil academia
y derretían en rutina
los oficios infernales
los faros de sus piratas ojos
se encendían al fragor intenso
de amores prohibidos
urdidos con tiernos despojos
que a la playa arrojaba el mar inmenso
sus ojos expertos en crueles abordajes
y el látigo de su lengua
culpable de sangrientos motines
en que se alzaban púrpuras de gozo
los antiguos ángeles caídos
siempre eran sus ojos de esfinge niña
los que presidían la entrada al único paraíso
así fuera su lengua tan dulce orquídea
en las saladas tempestades del océano
que levantaban sus pezones altaneros.
José Guillermo Molina Vélez
Santa Marta
Julio 5 de 2018
siempre eran sus ojos de esfinge niña
los que presidían la entrada al único paraíso
así fuera su lengua tan dulce orquídea
en las saladas tempestades del océano
que levantaban sus pezones altaneros.
José Guillermo Molina Vélez
Santa Marta
Julio 5 de 2018
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