jueves, 5 de julio de 2018

Por sus ojos alumbraba el paraíso

Aunque hacía tiempo era algo perdido
sus ojos de niña amazona
traían de nuevo el Paraíso
volvían actual la divina presencia de la gracia
la fuerza inmensurable de la Inocencia

sus ojos sensuales
de fuego primitivo
fundaban en cualquier camino salvaje
la dicha infinita con sus besos de ignotas mieles
y su porte fino y altivo

los faros de sus ojos estivales 
quemaban en idiosia
la inútil academia
y derretían en rutina 
los oficios infernales

los faros de sus piratas ojos 
se encendían al fragor intenso
de amores prohibidos
urdidos con tiernos despojos
que a la playa arrojaba el mar inmenso

sus ojos expertos en crueles abordajes
y el látigo de su lengua
culpable de sangrientos motines
en que se alzaban púrpuras de gozo
los antiguos ángeles caídos

siempre eran sus ojos de esfinge niña
los que presidían la entrada al único paraíso
así fuera su lengua tan dulce orquídea
en las saladas tempestades del océano
que levantaban sus pezones altaneros.

José Guillermo Molina Vélez
Santa Marta
Julio 5 de 2018

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