Me lanzaba con todas las fuerzas
Que me infundían esas vulvas oscilantes
Cabalgaba olas de gracia
entre azúleos mares de piratas,
dejando en remotas islas mis preciados tesoros
para conquistar con feéricas regatas
que habrían de correr en tiempos futuros
desde las playas cuerpo de mis poemas
hechas de flores y antiguas peñas
nuevas arenas y sabia demencia.
Embarcaría en carnales almejas
esquivando las aceradas limas
de los vientos que acosaban quejas
y gastaban del mundo sus almas,
y molían sus versos con areniscas,
polvo volvían sus sangres morenas
y sueños se tornaban sus duras rocas
mientras ardían con besos de amazonas
enhiestos cuerpos en vida plena,
de fiesta en su presente de frescas rosas,
olvidados de cualquier futuro
que en consuelo les ofrecieran los amos
pues sólo el presente tenían seguro
y escribían nuevas páginas de cosmos
con volátiles sílabas de conciencia
y danzaban sus pétalos contingentes
sobre la tierra negra de su ascendencia,
salvajes cumbias de las selvas candentes,
que celebraban mundo sin esperanza,
sólo enamorados de si mismos.
Pulso de universo dejaba desnudo
ese ventarrón con sus gritos insomnes
y filosos sueños quirúrgicos
expertos en la mínima piel del mundo
que sacaba a flote los dioses y manes
llevándolos lejos de los hombres
donde se inventan los ciclones
y recobran las palabras su inocencia
para inspirar bucólico prado
con leche y miel de flores vírgenes.
José Guillermo Molina Vélez
Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes
Febrero 10-19 de 2021
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