Era un paso crucial
Mientras soplaba el hielo del sureste
Se debía entrar en parquedad total
Sobre este futuro embalsamado preste
Que vagaba al fondo del bosque.
La felicidad, la intempestiva fiesta,
El buen vino debía agotarse
en aras de augusta vida enhiesta
que en la noche debía opacarse
para entrada triunfal de mortal buque.
Aunque siempre bajo los pezones
pura fruta de la feliz diva,
el desgarrón esperaba entre arreboles
de la suya quedando mi alma cautiva
y entre espinas de ensueño dispuesto al choque.
Sólo esperaba fatal naufragio
y un negro final entre sus brazos,
quedar dentro de su vientre en tierno adagio
amarrado sin dicha a su regazo
singlando amante piélago en brutal embarque.
Me abarcaría el gélido abrazo
en sangre y fuego del cósmico temporal,
cuya clave me dió al nacer ángel de paso.
Volvería al puro silencio en diametral
agotada ya la era del feliz trueque.
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