viernes, 11 de junio de 2021

Praderas florecidas en Luciérnagas



De pronto se iluminó la noche negra

sus praderas de sueños perdidos

se encendían en simultáneas estrellas

mezclando ámbar y limón en bandolera

volviendo queridos los años antiguos

la noche endulzaba desfile de olvidos

 

vibraba desolada negritud

pulsada por los móviles brillos 

que lucían en oro y diamante

miles de luciérnagas conciencia

haciendo pura música de luz

undívaga, aérea, excitante

 

nocturnal era aquella actividad

febril y ubicua su sapiencia

al sobrevolar esa tela de ensueño

entre esa romería de  luz demencia

que llevaba el coro de la noche madre

a los corredores vacíos del universo

 

Qué era lo que lograba sobrevolar,

completando la inmanente red, el Aro?

Invisibles luciérnagas del gran Vientre

emitían esa luz completa

que servía de radiante Faro

en la obscura tormenta del alma tierra

 

Esa luz líquida reopepsia

pura emisión de vacío y levedad

cerraba el circuito de la noche mágica 

ese tapiz en levitante danza

tachonado de chispas dinámicas

emprendía el viaje por el océano de la noche

 

En su vuelo, apenas hundía sus anclas

en el piélago de las estrellas.

Eran luces puro vuelo sin coche

ensayando danzas que sangran 

su oración en altares de antiguos dioses

por la pervivencia de unas vírgenes abstractas

 


Diosas antiguas de la creación

la fuerza, la fineza y la fertilidad

sostenían ahora esa danza iluminada

e inauguraban su nueva gestión de paz

sobre la gran humareda de las almas

para centrarlas en las bujías del amor


José Guillermo Molina Vélez

San Pedro de los Milagros, La Franja Lunática

Junio  11  de 2021



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