martes, 22 de febrero de 2022

Niebla madre


  

Amanecía envuelto en finas gazas

aún retozando entre los nebulosos brazos

toda la grama cubierta de celestes regazos

era espectáculo de algunas montañas sagradas

sumergidas en páramos de leche astral

con altares de pan y vino de hadas

construidos en hieráticas terrazas


era la posesión abrazo de la diosa madre

era una sesión eterna sin tiempo

de la que no se conocía pureza 

siguiente ni anterior en existencial trompo

en ninguna fiesta diurna de sacrificios al padre;

siempre listo el dulce aroma de sus labios fresa

solo la madre eterna en la sombra nocturna


Amanecía en rosa iluminada

y yo me arrojaba en sus brazos neblina 

en el gran frío recobraba mi pulso de amante 

mi sereno tono al compás del alma inmensa

mis sueños se alisaban con la pradera imponente

y en el arroyo cantaban acrisoladas ninfas

historias de rocas, ángeles y nube densa


el aguacero se vino en silenciosas gotas

que solo contaban diminutos besos cristal

guardados por la noche para el nuevo sol vida

al brillar después de cremosa alborada

animando de la gran feria eléctricas notas

que marcaban gradientes en el alma

trazados en escalera celestial


Vendría luego la gran danza terrenal

que se jugaba de lleno entre horizontes

al nivel de endogradientes nulos

que revivían el puro evento colosal

de sostenidas intensidades inmanentes

que mantenían en fuego y silencio

la llama entera de la vida andante


José Guillermo Molina Vélez

San Pedro de los Milagros, finca Franja Lunática

Febrero 22 de 2022

No hay comentarios:

Publicar un comentario