las estrellas mías en danza
de aleatoria y armónica
sensualidad e inextinguible simpatía
siguiendo huellas quizás de Van Gogh
en ese paraíso de inexistentes molestias
donde todo se acordaba en sol
sucumbía o florecía
entre graciosos pasos
en verdad insensibles cambios,
pero flujo de eterno fluir,
variación perpetua de onda endeble y perenne
que iniciaba su noche en ternura de ocasos
danzarían siempre y fluctuarían
aquellas estrellas mías,
como les enseñó el gran Pintor
lejos de academias y Parnasos
donde germinan en indemne
pernicia toda suerte de malvados
de los que cuaja y vinagra el fastidio
de mundanos bullosoos días
lejos de todos los circos
de políticos custodiados de mercenarios
allí danzaban con gracia suma
las astrales danzarinas
en ecos de increibles remembranzas y dulzuras
se complacían las musas mías
vueltas de repente estrellas maduras
danzando cada una en su modo obscuro
pero todas en armonía de loca esfera
de sueño impune entre amorfas espesuras
simulando universo en locura clara
vuelto perfección en extrañas geometrías
mientras volvía en mis sueños la aurora
y cuajaba en algún Vesubio
mi concha calcinada endurecida
de bestia ya triunfadora del futuro
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