todas les diminutas gotas ebrias
querían llegar a la sedienta boca de dionisos
palpar en carnales besos de uva
las divinales papilas y jugosos versos
que sabían de vinos y embriagantes nepentes
que sabían de tiempos al mediodía
y tiempos de medianoche
tiempos de oscuros sueños
y pérdidas de vaciados universos
forjados entre el fragor de nudos cuerpos
o la fiebre de fundidas almas de armonía
o quizás en últimas el forzado soliloquio
en que hundían sus semanas
los alegres pájaros claustrales
que mantenían su animado temple
en la oración diaria llueva o truene
de esas finas notas diminutas
en que ardían los ancestros
al trazar con fuegos fatuos
la línea de tiempos desquiciados
que embriagaban de éxtasis al espacio
entre el ripio de gozosos conceptos banales
con sus menudos cantos
en joyas de días y noches
ensartaban las aves hijas del aire
dramas de anónimas historias
y expandían las rientes olas de vida
por arrobadas campiñas solitarias
dibujando por jardines y desiertos
azarosos trazos en mental calima
de tan sencilla felicidad buhída
que día a día henchían el río
del poema que avanzaba en el silencio
estrellado en sus silábicos cristales
en musical ciclón de fieros arpegios
revolvía de continuo sus sentidos
maquínico volcán de históricos lodos
cuajados en crestas de quemados montes
donde reposaban cenizas de genios
cenizas aprendices de arenas y simunes
entre olas y fuegos telmos de piratas.
La suerte estelar en brillo poético
se decidía a medianoche en cantatas
unánimes designios cosmomentales
jose molina
mayo 29 de 2023
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