Olas del mar, derrumbes,
uñas, pasos del mar,
arrolladas corrientes de animales deshechos,
pitazos en la niebla ronca
deciden los sonidos de la dulce aurora
despertando en el mar abandonado.
Pablo Neruda: Un día sobresale
Olas de corrientes frías y ardientes
sostenían su charla interminable
unas y otras montando tridentes
que del fondo lanzaban poseidones
a lo extenso de la mar implacable
enredaban y trenzaban sus deshechos
cruzaban en enigmas plata y cieno
ambos polos en congeladas voces
con carnívoros cantos de islas yermas
componían pasión de arena blanca
En odas de amor tornaban sus sones
innúmeras ondículas doradas
de móviles diamantes salpicadas
dormidas garras contra fondo fiero
picudas muestras de la noche en negro
estrujadas por el sueño universal,
en que dormía el piélago profundo
Las arreciaba ese rigor mineral
que llegaba con viento vagabundo
fresca inspiración de ligeras brisas
exhaladas por las flores de las cimas
y el toque danzarín de tiernas hadas
nacidas en el beso de horizonte
que jugaban en noches alunadas
lanzadas por el milagroso monte
entre la charla de olas anodinas
Se bordaban de cristalinas nieves
cuando se robaban del coro la palabra
para tallar de ensueño bruscas lides,
el cotidiano affair del hosco abracadabra
Las olas rubias bordadas en diamantes
de múltiples brazos redomadas amantes
maquilladas de irisadas espumas
que acicalaban con lujosas plumas
el traje regio de errabunda esfera
decorada con tesoros y escorias
dibujadas en la arena por primitivos magos
lo único seguro en arte del girar
nacer y morir juegan a cima y sima
que rimaba en ondas volcán de estragos
José Guillermo Molina
Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes
Diciembre 18 de 2019
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