Iba en silencio
sin rumbo, ni dioses, ni tiempo
por una de las calles de una gran ciudad
sucia y anónima
moderna y llena de muertos a la venta
iba y nunca quisiera regresar
lo admitía porque era tan sólo un camino de ida
era un camino vacío
pura línea recta o casi
apenas una disculpa para salir del propio dominio
quizás ocurriera algún diferencial de divergencia
algún tramo repentino de amor casual
la calle el mundo el cosmos lineal
podrían con todas las sorpresas
algún segmento de ternura sería infinito
no faltaría un buen motivo
con tal de abandonar en el erial
el propio cascarón solitario
no dejaría de brotar gracioso algún clavel
de interponerse algún árbol milenario
y aferrarse a él contra el viento
como helecho musgo liquen
o alguna orquídea nómade
que anunciara al fulgor primero
la gracia de algún nuevo día
una gota de sangre nunca faltaría
que llevara el tema de un nuevo pensamiento
o la sonrisa de una dama primorosa
dirigiendo las fugas gratuitas
de las bestias inocentes
José Guillermo Molina
Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes
Diciembre 18 de 2019
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