mientras aún había tiempo y
espacio en el alma,
gozaba entre el enorme silencio
viendo ensancharse la dulce
soledad.
oscuros sueños de onix
traían de la selva los
profundos arpegios que sostenían los siglos
y extendían sin ventanas
discreta luz de terciopelo por
las veredas vírgenes
de esos montes espirituales
que gobernaban el aliento de
los durmientes
La paz de los vivos se firmaba
con montunas y estremecidas
notas
que libaban de flores exóticas
esas musas silenciosas
capaces de la más abstracta
voluptas
madurada entre musgos de miel
que filtraban corsarios
indómitos
con prohibidos besos
de sílfides transmarinas
se forjaba en la dulzura de ese cálido silencio
con las notas niñas que clamaban en la estepa
por la luz sibilina
del florido amanecer
que anidaba en los senos jóvenes del tiempo
se forjaba entre los cantos ebrios
de insomnes sirenas
que cuidaban las ánimas de sus príncipes electos
con la miel del monte salvaje
en bendecidos adagios
creadores de hombres nuevos
que brotaban al alba,
entre vitales coros de agua,
calladas sinfonías de tierra negra
José Guillermo Molina Vélez
San Pedro de los Milagros, Finca Franja Lunática
Septiembre 7 de 2021
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