todo es finito
algún día termino
y el planeta de los antiguos maestros
dejaré de sentir en sangre y vino
al magma regresaré en fogoso contento
marcando la milésima vez en que me harán el honor del viaje
el viaje 1001 por los oscuros prados de cielos negros
o la encendida ola del devenir incógnito
negro como la tierra virgen
la tierra encinta capaz de todos los nacimientos
aun me asiste algo de luz ficticia
solo luz del seno solar, de su dolor perpetuo
para llegar a escribir el poema en neutro
sin posibles lloros ni estridentes risas
caía agua del cielo seco
sempiterna finitud de mares y desiertos
que se empeñaban en recordar lo corto de nuestro tiempo
lo dulce de nuestros pasos de entradas o salidas
por los corredores paralelos que estrían eterno campo
en rapsodias de verso fatuo
caía agua en polvo fino de luna creciente
inspirada por Venus en letales arrullos
polvo encanecido del amor fantasma
que velaba encima de los fértiles valles
y el monástico desierto do sapiente alma
sucumbía con sus sórdidos seguros
entre gran tormenta que a los dioses calma
para dejar sólo en vivo dolente
la azarosa providencia de las calles
más allá de los civiles muros
el canto mudo de secos arpegios
que embargaba al pájaro solitario
remontaba las viejas tormentas de gastadas voces
y desafiaba sus agrietadas notas
(por eternas no menos desfallecientes)
al paso del finito calendario
las rebasaba con sus alas de días y noches
y las perforaba con dulces caricias en gotas
que molían sus entrañas de ogro milenario
entre serenatas de dulces adagios
José Guillermo Molina Vélez
San Pedro de los Milagros, Finca Franja Lunática
Septiembre 21 de 2021
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