caras blancas de mental gala
en tiza fina de sutil diosa
sembradas en la página sin conceptos
rocío de aurora y pálidos alientos
frescor de selvas en sensual roce rosa
caras blancas de silencio gris perla
y transparente mutismo en ortos
poema abstracto en punta
anunciando nieblas y versos de rocio
espinas de rosas de papel
expertas en sorber sangre canto
alimentadas con vértigos de sueños
forjados al margen del tiempo
en mapas de alegres piratas
era la pared blanca en neutro
de anónimas vibraciones al desborde
y mareas de flores y náuticas estrellas
fuera del alcance de todo tiempo
semillas luz de eternos abrazos
que nos acunan los turnos sacros
del nacer y el morir entre las microepopeyas
caras de papel sahara blanco
ante nada y ante nadie solo el ser
caras de asombro seco y pálido
ante el gran universo vacuo
aunque solo fuera aire incoloro
con sus grillos de siempre en cristales-tiempo
diamante que cantaba sin voz en la montaña
y sostenía el reto incorpórea sangre
del sol en su amable fogonazo
y su sonrisa blanca en tiza de augustas vestales
envueltas en diamantina transparencia
invitaba tímida a lanzarse sin reservas
a su furtiva llama y eternal abrazo
que burlaba toda vigilancia entre sus curvas
cuando entre la bruma
aparecían caracteres de vida diaria
se invocaba a los mil demonios
implacables arrieros de feria
para apartar muy lejos
a las fieras obstinadas carnales
lívidos del mismo satán insangüe
y concluía en finales oros
al pie de musgosas fuentes
de astrales vírgenes cantarinas
que traían los bálsamos nocturnos
desde las místicas cavernas
las fabulosas cuevas que rebrotaban
de aladas sílfides en flores coralinas
Siempre en reversa de la sangre del mundo
Aunque ningún punto neutro
Sale al paso de la mente en frío
Y sólo pesos lastiman el clima
Las rectas de sus fuerzas
Hieren en flechas el tiempo río
que tuerce sin cesar los acordes de su rima
José Guillermo Molina
julio 16 de 2023
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