sábado, 2 de diciembre de 2017

Carne amada

Eran sólo amarillo y blanco,
sol y luz
su piel de miel
naranja y negro su abundante pelo
 y ellos dos amantes crepitantes
pura cebosidad trepidando
        en augustas esculturas
de zafiro y abenuz
PORCELANA Y TRANSPARENCIA

la muelle vista
         el otro
             mi carne amada,
mi ladera de caída fija
mi ruta coronada

¿qué podía ser yo en el horizonte de su vista
sobre maderos abandonados por la resaca
en la Casa de la cultura
en tristes dinámicas oscuras
que no tenían del saber ninguna pista?

¡No les miraré de cerca!
¡Que siempre me vean lejano,
brumoso, inexistente
flotando sobre el mar en muelles de alcohol!
Como puro vaho de permanencia
en el ojo mutante del caos,
la perenne mutancia
del acontecimiento-esencia
que baraja sus póker de vahos

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