sábado, 31 de octubre de 2020

Flor del Cosmos


"At the time the wind began to blow" (The Oz wizard)


Cuando al fin el viento

empezó a soplar 

tu pelo suelto

aureola en ese calor infernal

encontré el tierno florecer de tu risa 

la palabra fresca de tu rostro

escribiendo amor en la limpia brisa.


Poco duraba en pie tu flor de cosmos:

sus pétalos anónimos 

amaban volar con los vientos 

y borrarse entre sus brazos disueltos,

amaban el libre atravesar desiertos,

surcar incógnitos mares tormentosos,

rugir entre abismos de vértigos.


Tus cósmicos aromas de mujer

se difundían en bosques solitarios

y al perderlos mis sentidos

podía llorar sin parar

buscarte de nuevo entre veloces meteoros

y luego volver a empezar

quedando el corazón para siempre herido.


Ese placer inicial de verte volar 

en las alas inconsútiles del  amante

se congela en perenne tristeza polar

de un calmo respirar en infinitivo

a ritmo de vida que brota incesante

y empata con su silente hilo 

la oscura raíz y el pétalo de alegre brillar.


José Guillermo Molina Vélez

Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes

Octubre 29-31 de 2020


miércoles, 28 de octubre de 2020

Aunque duela y mate ¿Que viva el amor?






Bendito bálsamo de radiante esencia, 

amor de luz y tiempo vacuo

que torna los escasos minutos 

en cuántica eternidad en paralelo;

nuestras soledades de seda se visten 

con los pétalos frescos de esos instantes

y quedamos listos p'al dolor perenne.


Parecía loco y un desatino:

bendecir al gran verdugo de la gleba

de los pobres esclavos de la rutina.

Todo sea por esas chispas de amor  

por los instantes refulgentes 

en que salen los borregos de si mismos

borrando toda una vida de vergüenza.


Bello mientras dura

y luego un pozo de amargura.

Pero lo vale, es la esperanza,

valen lo que sea esos supremos instantes

con sabor a Paraíso;

se sabe que no podrán repetirse

y pronto ya será amor no correspondido,


o blanca arcilla de fríos desamores,

tiempo-arena de recuerdos a los vientos,

jirones de corazón entre huracanes

volviendo a la bruma gris de la plebe,

lejos de las melíferas danzas

que los trenzaban en abrazos celestiales,

tan eternos como fueron de frágiles.


Mientras más dulces los efímeros tiempos,

más se ahonda el pozo obscuro

que bien medula nuestra soledad

y nos sumerge entre sueños de ceniza.

Pero no llorar por flores que caían, 

solo debía gozar con las que florecían,

aunque solo fuera una jornada lisa.


En la obscuridad de tierra fértil

se tallaban las nuevas palabras

que alegrarían la vida ajena,

como las flores anónimas del cosmos 

que pintaban los días con luz ingenua,

puro amor sin sujetos ni dolor

amor de parias y frescos vagabundos.


Sea amor, traición, odio, desamor

era pura incursión en núcleo oscuro



eres una flor del cosmos

 aún es primavera

espera el otoño y florecerás bellamente 
(N-serie Start-Up, S1-E2)


José Guillermo Molina Vélez

Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes

Octubre 24-28 de 2020


Jardín de los secretos

 



No había caminos principales 

para atravesar este peculiar jardín

en honra a Epicuro, o ecocuidado.

Se le recorría por el mejor atajo,

en medio del silencio que congelaban

los grillos gobernantes del fortín,

como gran concierto de animales...


para filósofos del sentido,

expertos  en comprender

el humo de extraser,

puro verbo y enunciado

que emitían los cuerpos del durar

y esta película sólo era de ver

sobre el fondo de tal silencio y orquesta


mientras cantaban sus estridencias

los microseres del perpetuum mobile

que sobre sus lomos de extraterrestres

llevaban el feérico vergel,

sus pétalos, sus brillos, sus esencias

como en soñado desfile:

guardando rotundos desastres.


aromas de seres desastrados

entregados al sueño volátil 

de la pura duración en contingencia

la felicidad de lo efímero 

esa duración esencial 

que se mantiene como brasa amorosa

llanto contenido entre cambios ineludibles


tales eran los jugos secretos 

que surtían sus callados manantiales

sobre ruinas de mundos disueltos,

lejos de hombres, dioses y mitos,

sólo entre piel de máquinas virginales

nacidas en cerrados circuitos

de ese feliz jardín laberinto


José Guillermo Molina Vélez

Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes

Octubre 20-28 de 2020



domingo, 18 de octubre de 2020

Un reino oculto




Salí a caminar, en brazos de la bruma.

No era un bosque, ni pradera, ni desierto.

Sólo un insípido pedregal,

grises piedras a la luz de luna al fondo.

Alcé algunas consultando borrosas claves 

que me hablaran de algún reino oculto,

de un mundo escondido sutil contraseña 

esperándome tras un inútil viaje

y entre la noche mi red tejiera

cual si fuera sutil níctea alimaña.


Con los pasos fuera de lo normal

crecían huellas del reino oculto,

cada vez era más consistente

el clima raro de aquel país absurdo

anunciado como algo inminente 

por perdidas perlas de algún roto collar

testigos de borrados amores,

al cuidado del viento y de la corriente 

que les hablaban de anónimo abandono

templados solitarios del planeta azul.


Cuando llegué a ese otro bizarro mundo

guardaba su portón un nubarrón poema

cuyos versos se escribían al segundo

al ritmo de maquínico fonema

orquestado por las flores danzarinas

que bebían su té de negros potajes,

tinta de escrituras vespertinas,

cuajada en inciertos instantes de trance 

desde suelos de pasajeros lenguajes

hasta nuevos cielos de fecundos dioses.


Seguía el viaje sin lógicas secuencias,

amando-odiando cadenas de recuerdos,

mientras un tibio sol de locas esencias

trazaba ruta de azarosos encuentros

y borrando la historia reciente

montaba vivaz drama con la vida en flor

encendía su paleta de colores

y abría en sinfonía silentes cantos

celebrando en báquico banquete

las gracias del luminoso mediodía.


Las gracias de caminar sin fin bajo su luz

cobraban los tintes sacros de la tarde

se fundían en película suspensa

bajo la tensión del puro trance

en la experiencia del clarobscuro

  -umbral y zona de incertidumbre

   donde se transmutan los alardes-,

que sobrecoge el fas-nefas de la carne

y alza en éxtasis al espíritu

flotación singular en la beatitud.


José Guillermo Molina Vélez

Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes

Octubre 15-18 de 2020



martes, 13 de octubre de 2020

Fiestas y tormentas


Cruzaría el papel de sus brazos

debía correr muy lejos del mundo

pero me retenía su día de fiesta

me quería como uno de sus payasos,

el que vendría a disolver su orquesta

y a ella haría volar en pedazos

cuando cantara un son vagabundo


Nuevo camino en blanco sin referentes,

sin ídolos, ni dioses, ni diosas

sólo guiado por el sol de las esperanzas:

algún día sus senos y su lengua 

volverían a mis ancianos dientes.

De nuevo en soledad absoluta

con serenatas de música del agua,


Aromas de musgo, bosque y de capote

senderos en la pura manigua,

sin caminos ni antiguo quijote, 

ni precedencias ni consecuencias,

solo espontánea floración sin tregua

al paso de la sutil historia-conciencia

cuyo instrumento de lujo era la lengua.


Reviviría esos segundos de éxtasis

verdadera vida en el afuera débil

sin propósitos ni utilidades

en ese mundo de tiempo todo-móvil

vería lo falso del amor en el oasis

que solo limpio jugaban las deidades,

arrasando del poema fatal perfil,


cuando furibundas rugían arenas

en el roto corazón de las tormentas:

se probaba allí  la rosa del desierto

sintiendo su sed de monte fresco,

musgo y liquen en nubes sedientas

le pasaban raudas sin sangre en las venas

hasta que su pecho entonaba el concierto.


No importa lo que traiga la pasión,

después de lidiar a muerte con el dolor,

en nueva ruta cabe siempre esperanza.

Y si algún amanecer trae rocío

será para alcanzar bienaventuranza 

y curar a nuestras vidas del hastío

y llegar como niños a canción nido.


Lejano horizonte para algún nuevo sol:

su franca luz curaba falsos amores,

iluminaba la nueva tierra,

toda envuelta en primitivos vapores,

florecida en poema en pregón cigarra

levitando en fiebre de gamuzas,

feérico remanso del sueño farol.


Sí, del sueño era ambarina luz difusa,

hundida en neblina de futuros

que sembraba siempre el viaje al infinito

en umbrales de erectas pelusas

donde singlaba la diosa de extramuros

en puras coordenadas de amplio mito

y se libraban las celestiales luchas.


Allí la tierra tallaba sus medidas

se hacía con terapias de nuevo tiempo:

rehacían su figura luces de hadas

y quebraban sus rocas rayos de Olympo,

mientras sus sueños de amor burlaba la mar

y subían al cielo nubes de ira,

madres futuras de fiestas y tormentas.


José Guillermo Molina Vélez

Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes

Octubre 5-13 de 2020

Tratando de incluir la disonancia en la consonancia 








será cierto eso?

que "cuando algo tiene tantas grietas, parece sólido" ? (serie Chesapeake Shores)

domingo, 4 de octubre de 2020

Corazón de luces simples: Nada se queda y todo pasa

 


Lo único limpio y  verdadero, 

el suyo corazón de luces simples

se escurrió entre mis aturdidos dedos:

sonámbulo entre ángeles

dejé ir sus besos 

de exquisitas eróticas mieles

que me abrían su corazón de oro.


Desde entonces caminaría a oscuras,

nunca más tendría lo auténtico.

Atónito y perplejo,

la vi diluirse por años,

vi su corazón de nubes puras

evaporarse en sensuales llamas

limite abstracto de pasionales esquemas.


Su piel de bailarinas sedas, 

puro tacto de diosas,

sucumbió entre tormentas de arenas,

en escamas de recuerdos y fugaces sueños.

Siempre estaría ahí esa dulce medula 

de tiempo amable y añoranzas 

para darme abrigo y cálida cuna.


Nos amábamos en oscuros incendios

y posteriores sonatas de agua blanca

colaban su son en abismos-silencios

bañados en ocasos de luz franca,

guardianes de los mágicos nombres

que dormían en almejas de dicha:

la gran Historia en finos licores.


Yo amaba su lumínico corazón 

de tiernos pétalos amantes

forjado en perfumes evanescentes

bajo reglas de la sinrazón

y con gran gozo matinal me hundía

en oscuros pozos de luz impía

donde salvaba toda ficha.


Se salvaba lo que entraba en metástasis

entre sus labios de flor caníbal,

que devoraban transportando al éxtasis,

y a lo carnal tornaban en verbal

y a lo racional volvían emocional

entre sus fosas de luz estrecha

clásicos canales trans-materialistas.


Corazón de luces simples,

fácilmente ángel-oscurescibles,

se ofrecía a mis diásporas ocultistas

y amparaba en lo obscuro

mis fugas aborrecibles

siempre alejadas de circuitos amables

prediciendo las rutas del futuro.



José Guillermo Molina Vélez

Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes

Octubre 1-4 de 2020

Tratando de incluir la disonancia en la bonsonancia