martes, 13 de octubre de 2020

Fiestas y tormentas


Cruzaría el papel de sus brazos

debía correr muy lejos del mundo

pero me retenía su día de fiesta

me quería como uno de sus payasos,

el que vendría a disolver su orquesta

y a ella haría volar en pedazos

cuando cantara un son vagabundo


Nuevo camino en blanco sin referentes,

sin ídolos, ni dioses, ni diosas

sólo guiado por el sol de las esperanzas:

algún día sus senos y su lengua 

volverían a mis ancianos dientes.

De nuevo en soledad absoluta

con serenatas de música del agua,


Aromas de musgo, bosque y de capote

senderos en la pura manigua,

sin caminos ni antiguo quijote, 

ni precedencias ni consecuencias,

solo espontánea floración sin tregua

al paso de la sutil historia-conciencia

cuyo instrumento de lujo era la lengua.


Reviviría esos segundos de éxtasis

verdadera vida en el afuera débil

sin propósitos ni utilidades

en ese mundo de tiempo todo-móvil

vería lo falso del amor en el oasis

que solo limpio jugaban las deidades,

arrasando del poema fatal perfil,


cuando furibundas rugían arenas

en el roto corazón de las tormentas:

se probaba allí  la rosa del desierto

sintiendo su sed de monte fresco,

musgo y liquen en nubes sedientas

le pasaban raudas sin sangre en las venas

hasta que su pecho entonaba el concierto.


No importa lo que traiga la pasión,

después de lidiar a muerte con el dolor,

en nueva ruta cabe siempre esperanza.

Y si algún amanecer trae rocío

será para alcanzar bienaventuranza 

y curar a nuestras vidas del hastío

y llegar como niños a canción nido.


Lejano horizonte para algún nuevo sol:

su franca luz curaba falsos amores,

iluminaba la nueva tierra,

toda envuelta en primitivos vapores,

florecida en poema en pregón cigarra

levitando en fiebre de gamuzas,

feérico remanso del sueño farol.


Sí, del sueño era ambarina luz difusa,

hundida en neblina de futuros

que sembraba siempre el viaje al infinito

en umbrales de erectas pelusas

donde singlaba la diosa de extramuros

en puras coordenadas de amplio mito

y se libraban las celestiales luchas.


Allí la tierra tallaba sus medidas

se hacía con terapias de nuevo tiempo:

rehacían su figura luces de hadas

y quebraban sus rocas rayos de Olympo,

mientras sus sueños de amor burlaba la mar

y subían al cielo nubes de ira,

madres futuras de fiestas y tormentas.


José Guillermo Molina Vélez

Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes

Octubre 5-13 de 2020

Tratando de incluir la disonancia en la consonancia 








será cierto eso?

que "cuando algo tiene tantas grietas, parece sólido" ? (serie Chesapeake Shores)

No hay comentarios:

Publicar un comentario