dedicado con prohibido amor a los números impares
al arbitrio del fuego y el olvido
eso era habitar el universo
renacer de cenizas una y otra vez
en formas distintas de memoria
Memoria de las antiguas bacterias
Memoria de las sequías y los glaciares
Memoria de los grandes mamíferos devastados
De las mariposas y mutantes historias
Que sin cesar agitaban la paz de los mares
Entre agitadas olas de magma, bajo perfil,
suspiros de aire, kilómetros imponderables
a la velocidad mínima de la duración,
la velocidad de prohibidas bodas del alma,
feéricas bodas de alta traición
jugadas en el seno de noches adorables
vigiladas por lunas de marfil
Lunas de lejana prehistoria
Entre todos los besos y abrazos
Que han presenciado las noches calladas
Barridas por amplios horizontes
e iluminadas por soplos de euforia
aires de amantes serenatas
encendiendo recónditas alegrías
en esas sombras de oscuros trazos
con que soñaban vida los montes
La Luna con crema de dulces caricias
pastoreaba los rebeldes montes
que clamaban por sus fiestas plenarias
y en danzas indígenas cantaban nupcias
marcando el anciano cuerpo de la tierra
con tintas de leche y miel, de sangre y semen
raptados de tributo a dormidos guías
para los colores del alba y el ocaso
con que se vestían los abisales horizontes
y entregar a tiempo su cardumen
a todas las fieras de los días
vigilaban vírgenes de almíbar
las puertas de las salas de fiesta
donde mozos y divas,
flores y versos en cresta
que dictaban los monásticos acuíferos
enunciando los sintagmas deseables
pilotos de la vida genérica
en su armado con carnes vivas ,
sangre en danza frenética
y huesos de viejos templos
que soportaban en silencio de senderos
las vidas autónomas en islas
de todos los organismos como ejemplos
en suma el canto de la vida profunda
a sotto voce y guerrero himno a capella,
excepto por los grillos en barahúnda,
fabricando versos de ligeras arenas
que filtraban los instantes cinderella
del cristal de imperceptibles venas
en sonatas de suspenso germinar alerta.
Desde nidos entre relucientes pastos
donde el tiempo mística puerta
entonaba sus tonadas de alas y pétalos,
cantadas por criaturas en oración perpetua.
Y también la incesante evolución
que abrasaba a los agentes diarios
eterna evolución-involución-convolución,
volcánica circulación entre mentes y átomos
por las arterias de los cristales primarios.
Eran las odas en paganos éxtasis
por los rituales conductos de los cuerpos:
en silencio brotaban palabras de catarsis
desde el humo nebuloso de las mezclas
Cuerpos y Cuasi-cuerpos fluían en arpegios
por los amplios canales del Río del Olvido
donde nada lograba echar anclas
ni sobrevivían los seres a las llamas
siendo el fuego puro, la Zarza Ardiente,
el mismo Ser que a toda criatura acrisolaba
y llevaba hasta los túneles mismos de transmateria
mientras a las sublimes ideas arrastra en litigios
y hace brillar su vieja matriz de ligaduras
sus inevitables nexos con la tosca feria y la crisis
saca de su fatuo cielo a las ideas puras
y provoca los más deliciosos prodigios
ya no era el Van Gogh de los condenados al círculo gris
sino el Van Gogh de los hermanos iluminados
aunque, con Van Gogh, todos quedan iluminados
y tanto caminantes como prisioneros,
con sus plumas se llenaban de iluminados iris
quedaban atrapados en luces de milagro
colores insolados,
transidos a ultrasoles
colores en extática exposición sin fin.
Summum de belleza:
presteza con que obtiene el fuego sus cenizas
y se monta en el olvido la memoria
y yo soy uno de esos condenados,
exclama van gogh,
el que en primer plano arrecia,
el de sonidos iluminados
y colores resonantes
y soy los dos hermanos
que comparten la luz delicia
del camino de ondas brillantes
sólo perennes fuego y olvido en blanca gracia
José Guillermo Molina Vélez
San Pedro de los Milagros, Finca Franja Lunática
Septiembre 4 de 2022