Sabes por qué nos gusta que nos abracen?
Porque el ahogo cruel de un abrazo
le pone un límite al dolor
Le pone un perímetro alrededor
y el aire se infecta en perfume de
corazones
nos estrechan brazos desde cálidas distancias
que vuelven a reunir en amor
fragmentos de olvido y soledades
Dijeron que me volvería invisible
Como saltar en mil pedazos
hacia una cascada salvaje
que te lleva en divergente espuma
por orillas de punzante abrojo.
Pero arcano de estrechos abrazos
de nuevo reunió mis partes
y las ató a mi alma en mágico traje.
En el centro estaba el fuego sacro
calentando, renovando, consumiendo,
marcando entre las almas distancia
cero
y fundando un lenguaje de mudo tiempo
entre poemas de distinto número
que acordaban en música su añoranza
y de infinito colmaban en secreto
sus difusos melódicos intervalos
Pero el gran abrazo y la ternura
no provenía de los
números,
ni
del poema, ni de los otros,
me lo daban los eternos grillos
y el silencio de metafísicas mieles
que humeaba en las losas del
corredor.
Era un abrazo sin círculos ni
perímetros
un abrazo en solo planos amorosos,
un abrazo de las brumas andariegas,
de inocentes calimas que con sigilo
recorrían el patio en la noche lela,
entre menos infinito y más infinito,
con islotes de génesis espirales
que recogían galaxias solariegas
sumergidas en silencios a capella
fecundando la gran calma del castillo.
José Guillermo Molina
Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes
Mayo 25 de 2020
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