lunes, 18 de mayo de 2020

Corazón en grietas vivas



“Esa es la desgracia del corazón: a veces tiene lo que no quiere y a veces quiere lo que no puede”
La esclava blanca

Ese corazón mío, 
loco, en grietas y disparejo, 
pero lleno de ánimos 
y absurdos antojos,
de vigores inesperados,
y recónditos tiempos perdidos
minado de ocurrencias infantiles 
como corriendo por un campo volcánico
un campo de mágicas piñatas
de rocas aún llameantes,
o de hirientes estalactitas, 
lleno de terráqueas sorpresas,
de raíces y caóticos brotes feraces,
enlazados en guerrillas laterales

cual mutante huérfano planeta
de estruendos y sacros silencios
hondos de pura no-existencia
e inaudible música de esferas
sin programas ni partituras
en locas salas de cielos de fieras.

Ella, mi correlato, habitante  ya de expresiva nada
me esperaba con el manual a punto
para recorrer las olas del Leteo
no  quería que me condujera Caronte:
si iban a llevarme debían hacerlo caras radiantes
de flores siempre frescas uncidas a mi instinto. 

Sólo tenía que abandonar mis dilectas grutas
de leche miel en verso limpio
que me transportaban aún vivo
a mis bosques natos de cielo activo
donde dormían sirenas de sueños
y el corazón entraba en vibra segura

o en un extraño concierto lleno de desacuerdos
salpicados de celestiales acordes, 
de angelicales sorpresas imposibles 
que en nada se compadecen con los frecuentes acordes, 
ni con las repeticiones sempiternas. 
Es el arte del desatino, del latido inesperado, 
del paso falso o muy corto o muy largo 
que nunca se acompasará con lo agradable, 

esos latidos bruscos y desmesurados
que sólo coexisten con llantos repentinos 
y tacos de ahogo en la garganta
que logran salir en cantos de alabanza,
borbotón de letanías de la santa
perforando las telúricas entrañas
con mapas de pullas en andanza
de insensatos paseos esquizos . 

Mientras el tiempo dura, 
sólo ocurre lo inarmónico, 
solo vive lo sorpresivo  
sólo se determina lo incalculable, 
aunque repita dos o tres pasos, 
al siguiente ocurre  lo imposible.

Música de Mozart.  Discusión en el Olympo. 
Duelo de dioses
corazón en grietas
sueño sin abrazos.
Ese corazón que siempre salta 
en susto y sin compás, 
impredecible en sus arpegios. 
El corazón que busca 
mi amada virgen irreconciliable, 
nunca cómplice ni amiga, 

aliada siempre para la pérdida 
y el placer sin códigos ni límites, 
la pequeña muerte a cada paso, 
en cada profunda e ineluctable caída
en el albur de cada jugada en infinitivo . 
La amada virgen de la aventura 
sin contraseña pero siempre real y aleatoria, 
absolutamente próxima cuchilla, 
como auténtica suerte de condenado
que siempre ocurre en presente subjuntivo.

José Guillermo Molina
Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes
Mayo 18 de 2020

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