esa voz de afuera
de un amor profundo y absoluto
que trata de convencernos y arrastrarnos
ese gran cello que habla desde un mundo
desconocido y poderoso
es capaz de electrizarnos el corazón
y poblar nuestra soledad de almas caudalosas
sin rostro ni nombre alguno
pero llenas de fuerza y de ternura
que vibran con la tierra y las praderas florecidas
que aparecen en el vuelo inextinguible
del espíritu transhistórico con voz de Océano
que en el amor rebasa nombres al nombrar
su pasión como de soplos derretidos y afiebrados
sonaba Cypress del místico Dvorak
sus cuatro instrumentos me destrozaban de tensión
y me recomponían en caricias nocturnales
como magia de mujer divina
capaz de todos los vuelos
y amante de crudos devenires
se entraba por la piel como tunas de rosa
empujadas por gigante roca del abismo
pero anestesiadas por el silbo
de algún mago sostenido
que orquestaba el oleaje íntimo del sensopensamiento
que agitaba el océano informal
muy lejos de cualquier costa humana
de cualquier norma doméstica
reinaban las ondas sísmicas
de un éxtasis mantenido en onda corta
aire escaso pero dulce y suficiente
era el aliento de su corazón
envuelto en aromas de canela y azahar
que me deleitaban por su boca diminuta
era un presente hecho de temblores
de antiguas vidas represadas
y dispuestas siempre a volver actuales
de inauditas fuerzas virtuales
incontenibles presencias pasadas
que llenaban la noche de aires raros
y presagiaban novedosos futuros
alzas y caídas de números rituales
José Guillermo Molina
Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes
Mayo 31 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario