No tengo más amores
Que mis sorpresivas flores
y aleluyas mudas, grillos sordos
de nuevos soles creadores.
El gran Antecesor, Supremo Sol
en la noche de los Tiempos,
predecía el brillo de luces milagro,
que sufrían sosteniendo campos.
El prolifera de vidas aleatorias
entre sus vientres minerales.
Sus fauces nada vivas,
de rocas astrosas patibularias,
cuajadas de limos y arenas
y musgos y líquenes en cribas,
y austeros cristales fuera de sus guardias
hundidos en locas bacanales.
Fiesta lunática de voraces Faunos
se escribía en nieblas y tinieblas
grabada en los sacros caracteres
en los portales al sol y al agua
que apoyaban en los vientos
nuestros besos de dulces ayunos
y prohibidos abrazos placeres
que crecían en solitaria manigua
Fiesta orgásmica en las grutas amatorias,
se fundía débil mente al sol de los delirios
deseo neto se abría paso entre los muertos
y sutil mañana de brillos y flores frescas
se entonaba en laudes de diosas voluptuosas
desgranando sus cuerpos en rocíos de misterios
que sembraban risa y gracia en los desiertos
espantando del mundo el terror de las escorias.
Con la bondad de todo ese aire fresco
se alejaban de la tierra los lamentos
y sólo aromas de fuerza excéntrica
sórdidas guacharacas en ciegos gritos
despachaban esta rosa metálica
por brillantes corredores infinitos,
donde modulaban sus voces los vientos
tras errático poema en cielo brusco.
José Guillermo Molina Vélez
Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes
Noviembre 23 de 2020
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