lunes, 23 de noviembre de 2020

Vientres minerales

 


 

No tengo más amores

Que mis sorpresivas flores

y aleluyas mudas, grillos sordos

de nuevos soles creadores.

El gran Antecesor, Supremo Sol

en la noche de los Tiempos,

predecía el brillo de luces milagro,

que sufrían sosteniendo campos.


El prolifera de vidas aleatorias

entre sus vientres minerales.

Sus fauces nada vivas,

de rocas astrosas patibularias,

cuajadas de limos y arenas

y musgos y líquenes en cribas,

y austeros cristales fuera de sus guardias

hundidos en locas bacanales.


Fiesta lunática de voraces Faunos

se escribía en nieblas y tinieblas

grabada en los sacros caracteres

en los portales al sol y al agua

que apoyaban en los vientos

nuestros besos de dulces ayunos

y prohibidos abrazos placeres

que crecían en solitaria manigua


Fiesta orgásmica en las grutas amatorias,

se fundía débil mente al sol de los delirios

deseo neto se abría paso entre los muertos

y sutil mañana de brillos y flores frescas 

se entonaba en laudes de diosas voluptuosas

desgranando sus cuerpos en rocíos de misterios

que sembraban risa y gracia en los desiertos

espantando del mundo el terror de las escorias.


Con la bondad de todo ese aire fresco

se alejaban  de la tierra los lamentos

y sólo aromas de fuerza excéntrica

sórdidas guacharacas  en ciegos gritos 

despachaban esta rosa metálica

por brillantes corredores infinitos,

donde modulaban sus voces los vientos

tras errático poema en cielo brusco.


José Guillermo Molina Vélez

Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes

Noviembre 23 de 2020

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