lunes, 30 de noviembre de 2020

Soledad abierta



  Paisaje en Vinicunca, Perú.


Como en irisado plumaje

se precipitaba el acerbo de ser

por multiplicidad de gradientes

escandiendo el vasto paisaje.

Lo tasajeaban pinceladas vivientes

recién nacidas de vientres divinos

con la luz interior de un amanecer,

que siente el allegro de los eternos 

flujos inmanentes y exuberantes,  

cuando acompañan la deriva en extraser

del sinfín de los átomos inúmeros

que sostenían el acto de creación.


Condición de creación era la difícil soledad

que nos arrojaba a desnudos luceros

saturados de amor en vuelo de canción, 

capaz de abrir el alma a la inmensidad.

¡Soledad abierta cual cielo argonauta!

Allí flotaba libre todo recuerdo,

en completo acuerdo ondeaban los afectos,

provenientes sus lajas en carne viva

de palpitante natura y humanidad,

fascinados tonos con líder mágica flauta.


Pero mantenían severa distancia

cuidando de alterar la abierta soledad,

y distancia y silencio tenían como pauta,

preservando también su augusta elegancia.

En ese mar de sueño y oscuridad,

vagaban parciales los objetos

y volvían a otro amor afectos sueltos,

desechos sin rencor los antiguos lazos.

Eran piezas semióticas para nuevos actos

que sugerían los sueños a oleazos.



De lejanías, llegan borrosos trazos,

capaces de poner lo vivo en figuras,

a cambio de tener un creador solitario

amo de un gran dominio escaso, 

do abundaran los tonos de música y luz

llenos de ternura y relaciones antiguas,

que en mucho recuerdan gran calvario,

pero son trasunto del intervalo azul

inserto en el alma de nuevas semillas, 

a la espera de nuevas flores amigas.



Allí vivieron las incógnitas risas

que quemaron todos mis silencios

y me ataron de lleno a extraños caprichos,

de lágrimas llenaron ojos traviesos

y me pusieron en contra de mis principios.

Pero todo se vale bajo tus besos,

música en andante lo son tus caricias,

        ohoh
            ohohohohoh
    ohohohoh
oh.


Extraña suena la noche

suena en niebla que sueña

tras silencio de miel y leche

y niña en ansias encendida

muy dentro de su tibia cobija,

do todo florecía y reverdecía,

ahogaba en mi corazón a la cizaña

y prendía en mi piel toda la alegría.

Bullía en mis huesos la canción perdida

y el cielo me bruñía fatal sortija.




                                                   Paisaje en Vinicunca: Divinos caprichos de Natura. Perú.




José Guillermo Molina Vélez

Medellín, El Corazón, Finca Villa Mercedes

Noviembre 29-30 de 2020


1 comentario:

  1. Primero aparecen los flujos y átomos, el gran desmembramiento, sosteniendo el acto de creación. Luego son fragmentos de realidad flotando libres en ese mar de sueños. Luego aparece el Creador Solitario en ese escenario, donde bloques de sensaciones navegan el onírico mar y al ritmo de la tierra madre, suprema artista capaz de extender las más sublimes intensidades, adelanta su inspiración y se ve a futuro.

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