Los rostros de todos aquí en el taller
hablaban mudos tras los vidrios
tras la pantalla inexpugnable
de mi gélida inhumanidad,
empeñada con toda su sangre en demoler.
empeñada con toda su sangre en demoler.
Todos se me aparecían gesticulando sin voz
desde el fondo continuo de un espejo solar
que viajaba en mis ojos dos lagos antiguos.
Todos se volvían mis dobles,
mi no‑ser en legión de marionetas
al contacto de ese cuero intangible
que devoraba sus llamas‑esencias
dejando apenas abstractas siluetas
vacías de Selbst y pira intrínseca,
apagadas en su volcán corporal,
dispuestas a cualquier acción virtual
que urdiera en escenas de astucias
mi inquieta rueca amante del dual.
mi inquieta rueca amante del dual.
Yo me llevaba sus fulgurantes almas
de pieles frescas,
de pieles frescas,
a abrazar a Dios
cuando viajábamos al
infinito
o a abrazar la nada,
los hoyos oscuros
los hoyos oscuros
cuando íbamos a
menos infinito
registrándose ambos
viajes
en inextiguible fósforo
dentro de nuestro
cerebro inmenso
como un perpetuo viaje
de regreso
… muy lejos de finitos campos de arroz
Entonces se ponía de relieve lo importante:
QUE COLECTIVAMENTE
ÉRAMOS,
A GRAN
ESCALA
UN SOLO
TAPETE-OJO
LA LUZ DE
LA RAZÓN
que declinaba en objetos
el dolor transubstancial de Ver
que almacenaban en néctar
o abrigaban con celo las palabras:
un solo tejido de sensibilidad
en músicas de fantástico avatar
tendido sobre la tierra borboteante,
a modo del gran ojo del Ser
contra el Afuera en
dolientes espasmos,
engastado en los
Océanos de la Noche mineral,
leve luz de una gran
conciencia
intermitente entre
tormentas de diamante
que conducían la marcha
de los astros
por sutiles sendas de
inocencia
bordeadas de siniestros abismos .
El Innombrable vuelto Ojo sin Párpado
sembrado en baldío solar
sembrado en baldío solar
Ojo‑oído que percibía
Al compás de un hondo
silencio
Las harmonías
celestiales
Que se ofrecían en
jardines de alicante.
Nuestra escasa luz guiaba
En la medida en que trancaba y estorbaba.
Constituimos un aborto del espíritu
Su único rastro
testigo del viaje "in situ"
testigo del viaje "in situ"
de la voluntad de contemplación,
de la pura Autocontemplación.
Somos el quiste en la marcha unánime de los átomos,
el cáncer inconsumible del pensamiento.
No dejamos de nacer allí como excrescencia,
como el gran obstáculo en materia obscura
que le obligaba a carcomerse infinitamente,
y a nacer cada vez más lejos de esta carcoma
en un tiempo escaso de volátil curvatura.
Somos el ojo de pura luz ciega
fenómeno de música pura
Somos el ojo de pura luz ciega
fenómeno de música pura
…Pero somos intervalos
vivos
De átomos musitando
Átomos cantando y
floreciendo
en armonías de Handel o
Vivaldi
profundos himnos en
clarinete del místico Mozart
y los gitanos Sarasate y Brahms
y los gitanos Sarasate y Brahms
sortílegos poemas de
Leo o de Valery
surtiendo en
ritornellos de flauta o fagot
o estremecidos violines
de luz
al ritmo de un Schubert o un Dvorak
al ritmo de un Schubert o un Dvorak
O amantes y sedientos
nocturnales versos de Juan de la Cruz.
Reciclando algún Papelucho de los años 70
Con aleluyas esporádicas del 2008
bajo el ciberojo de los 2013
y la supervisión final de enero del 2018
José Guillermo Molina
y la supervisión final de enero del 2018
José Guillermo Molina
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